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Redacción deportes, 9 jun (EFE).- Jan Oblak, el portero, el capitán y el líder de Eslovenia, no necesitó una demostración exhaustiva de sus cualidades, ni siquiera una cantidad de paradas extensa, para sobrellevar el peso de la supervivencia de Eslovenia frente a Noruega y a Erling Haaland, pero sí una aparición definitiva, en el minuto 54, cuando su salida oportuna, incontestable, ágil, frustró el regate y al goleador de su destreza más imponente.

EFE/EPA/Javad Parsa

No marcó Haaland ni ganó Noruega en parte por el guardameta, pero también por la resistencia defensiva que opuso Eslovenia cuando el partido se transformó en un laberinto para ella por la expulsión directa de su central Blazic por una falta sobre Haaland, castigada con tal reprimenda por la situación de la acción, con el delantero ya en carrera para enfrentarse cara a cara con el portero. Fue en el minuto 62. Y le expuso a la derrota, pero aguantó. Y eso tiene mérito. También demérito de Noruega, ineficaz y hasta improductiva en esa panorama tan favorable.

EFE/EPA/Javad Parsa

Derrotada en sus dos primeros compromisos, el punto es un alivio para Eslovenia, que toma aún más valor por el escenario, por las circunstancias y por el segundo tiempo; ganadora de sus dos primeros encuentros, aún al frente de la clasificación del grupo 4 de la Liga de Naciones B, el empate frena a Noruega y a Haaland, goleador tres veces en los primeros dos choques y seco este jueves, por más que lo intentó, por más que se frustró.

El duelo Haaland-Oblak fue nulo en el primer tiempo. Ni el local remató a portería -ni a ningún lado- ni el visitante necesitó una sola parada que mereciera la atención. Ni del atacante, visiblemente desasistido, siempre en condiciones de desventaja respecto a sus marcadores, ni del guardameta, al que Noruega no le exigió absolutamente nada en la primera parte; nada más el gol de King, que fue anulado por fuera de juego.

Hasta el comienzo del segundo tiempo, cuando el nuevo goleador del Manchester City conectó un cabezazo picado, sencillamente atrapado por el portero del Atlético de Madrid, y se atrevió a una chilena que salió fatal, no había existido ningún debate cara a cara entre las dos figuras indiscutibles de sus selecciones, competidoras en el segundo escalón de la Liga de Naciones, entonces con la intermitencia de Haaland frente a la calma de Jan Oblak.

No duró mucho más. En el minuto 54, la exigencia se multiplicó para el guardameta, cuya temporada lo ha rebajado en el podio de los mejores cancerberos del mundo, pero sigue ahí con sus asombrosas cualidades. Agigantado en su salida, después de un pase profundo de Martin Odergaard a Haaland, el líder esloveno (también del Atlético de Madrid) se lanzó al suelo para birlarle la mejor oportunidad del encuentro al formidable delantero. La jugada clave del duelo. Sin ella nada habría sido posible para Eslovenia.

Porque la victoria individual de Oblak en ese instante, tan decisivo en su intervención a ras de suelo, cuando el atacante se proponía sortearlo con un regate hacia su derecha para quedarse solo ante la portería para el gol, sostuvo a Eslovenia en un momento muy delicado, cuando su respuesta del primer tiempo a través de la posesión era ya un recuerdo melancólico, cuando la realidad le transmitía que le quedaba mucho, mucho sufrimiento, si quería alcanzar algún punto en su desplazamiento de este jueves al estadio Ullevaal.

El protagonismo de Oblak creció. Un espectador más en todo el primer tiempo, el segundo lo mantuvo siempre en un nivel de tensión estresante, con Noruega al acecho insistente en torno a su área, a la espera de la oportunidad, de cualquier vía para promover una ventaja en el marcador. Lo rebuscó Sorloth, con otro cabezazo; lo solventó el guardameta, con otra parada sin más, cuando su equipo ya se exponía, vulnerable, a la ofensiva rival.

Porque Blazic, su defensa central, fue expulsado con roja directa por su entrada sobre Haaland cuando era el último hombre de la defensa y la última oposición rumbo al duelo individual entre el goleador y Oblak, cuando el centro del campo de Noruega ya sí había visualizado con mucha más determinación cada desmarque de su ‘9’ y cuando Eslovenia comprobó en toda su expresión la complejidad de contener un ariete de su clase.

Mientras el larguero evitó el gol de Odergaard en un lanzamiento directo de falta, el partido redujo el terreno en disputa a los últimos 20 metros, entre el borde del área y el marco de Oblak, que voló para repeler el amenazante zurdazo de Odergaard en el tramo final y después para atajar otro cabezazo de Haaland para retener un punto que, en tales circunstancias, aparentó casi una victoria.

– Ficha técnica:

0 – Noruega: Nyland; Pedersen, Hanche-Olsen, Ostigard, Meling (Bjorkan, m. 74); Odegaard, Aursnes (Thorstvedt, m. 46), Berge; Elyounoussi (Hauge, m. 82), Haaland, King (Sorloth, m. 46).

0 – Eslovenia: Oblak; Karnichik (Milec, m. 81), Blazic, Brekalo (Mevlja, m. 81), Sikosek; Stojanovic, Gnezda Cerin, Kurtic, Verbic (Biljol, m. 65); Celar (Cnigoj, m. 65), Sesko (Sporar, m. 65).

Árbitro: Fabio Verissimo (Portugal). Expulsó con roja directa a Blazic, por una entrada como último hombre sobre Haaland, en el minuto 62. Amonestó a los visitantes Stojanovic (m. 1) y Sporar (m. 90).

Incidencias: partido correspondiente a la tercera jornada del grupo 4 de la Liga Naciones B, disputado en el estadio Ullevaal de Oslo ante unos 20.000 espectadores.

Iñaki Dufour

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