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París, 3 jun (EFE).- Seis días después de los altercados previos a la final de la Liga de Campeones entre el Liverpool y el Real Madrid, el Estadio de Francia de Saint-Denis acoge el Francia-Dinamarca de la Liga de las Naciones, que ha comenzado a la hora prevista (18:45 GMT) sin incidentes reseñables en los prolegómenos.

EFE/EPA/Mohammed Badra

Unos 77.000 hinchas, de los que 1.800 son daneses, accedieron al Estadio de Francia, de manera fluida y con calma, en oposición a lo sucedido el 28 de mayo, cuando se amontonaron miles de seguidores, especialmente del Liverpool, en las diferentes entradas del recinto.

EFE/EPA/Mohammed Badra

Unos 2.700 policías, algo más que lo normal para un partido internacional que no es una final, se desplazaron a la zona. Entre ellos, destacan unos 600 agentes de paisano con el objetivo de neutralizar los pequeños robos, muy comunes el pasado sábado.

Junto a ellos, estuvieron unos 1.200 agentes de seguridad en uno de los filtros previos a la entrada.

Los incidentes de la final entre el Liverpool y el Real Madrid, en los que hubo momentos de alta tensión, tuvieron un enorme impacto internacional y llevaron al ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, y la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, a dar explicaciones ante los senadores este miércoles.

Un par de horas antes del inicio de ese encuentro, los accesos al estadio colapsaron y generaron unas enormes colas que obligaron a retrasar 36 minutos el inicio de la final debido a que muchos seguidores del Liverpool tardaban en acceder a las gradas.

El riesgo de una avalancha, provocado por una afluencia anormal de personas con billetes falsos o sin billetes, fue grande. No se lamentaron ni heridos ni víctimas mortales.

La policía gala fue muy criticada por haber intervenido contundentemente usando gases lacrimógenos y muchos hinchas también denunciaron robos en las inmediaciones del estadio.

El Gobierno británico, el Liverpool y el Real Madrid han pedido explicaciones por lo sucedido, mientras que la UEFA emitió un comunicado de disculpas y el Gobierno francés reconoció que se podía “haber hecho mejor”.

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