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Los Ángeles (EE.UU.), 27 ene (EFE).- Sin un LeBron James que fue baja de última hora, Los Angeles Lakers cayeron este jueves ante los Philadelphia 76ers pese a que Anthony Davis dominó a Joel Embiid en un extraordinario y suculento duelo de pívots (105-87).

LeBron fue elegido como uno de los dos capitanes del All-Star (junto a Kevin Durant) pero no pudo celebrarlo en la cancha debido a unas molestias en la rodilla.

Sin su estrella al frente, los Lakers se refugiaron en un Davis soberbio y que en su segundo partido tras volver de su lesión logró 31 puntos (14 de 21 en tiros), 12 rebotes y 4 tapones.

Joel Embiid consiguió 26 puntos (9 de 20 en tiros), 9 rebotes y 7 asistencias, una actuación también destacada pero levemente inferior al impresionante nivel que ha mostrado en enero (11 de 13 partidos por encima de los 30 puntos).

Los angelinos echaron en falta la dirección y la intensidad de LeBron, pero sobre todo fracasaron desde el perímetro con una noche espantosa en el triple (6 de 29).

Russell Westbrook anotó 20 puntos (9 de 15 en tiros) pero fue el responsable de 6 de las 17 pérdidas de balón de su equipo.

Mucho más finos en la puntería (50 % en tiros de campo), los Sixers contaron con un muy efectivo Tobias Harris (23 puntos con 10 de 15 en tiros) y unos notables Tyrese Maxey y Georges Niang (14 puntos por cabeza).

Los Sixers van totalmente lanzados en el Este y han logrado 13 victorias en sus 16 encuentros jugados desde el día de Navidad.

DOS TITANES DE LA PINTURA

En la era dorada del baloncesto de “pequeños”, de ritmo frenético y de triples sin descanso, la NBA asistió hoy al titánico enfrentamiento entre dos enormes pívots: Joel Embiid y Anthony Davis.

Parecía que Embiid tenía las de ganar en el arranque haciendo valer su corpulencia y potencia, pero Anthony Davis respondió al desafío con creces y se mostró muy agresivo y ágil ante el camerunés (18-14 con 4.54 por jugarse).

En una de sus jugadas más destacadas, Davis (10 puntos en el primer parcial) se marcó un gran mate sobre Embiid, pero en la caída se hizo daño en la muñeca y tuvo que dejar momentáneamente el partido.

Con la defensa de los Lakers más cerrada sobre Embiid (8 puntos en el primer cuarto) y sin miedo de hacer ayudas para cortarle el paso, los Sixers activaron al perímetro para un parcial de 11-0 alimentado por dos triples de Danny Green y uno más de Georges Niang (32-22).

En el comienzo del segundo parcial, los reservas de los Lakers se enmarañaron en una preocupante sequía de anotación y veían además cómo Tobias Harris se soltaba en los Sixers y empezaba a ser un problema (41-29 con 8.23 por disputarse).

Stanley Johnson fue renovado hoy por los Lakers así que, para festejarlo, Frank Vogel le mandó a pelearse con Embiid.

La figura de los Sixers no se desesperó, pese a que cada vez tenía más cuerpos encima, y aprovechó para asistir con audacia a compañeros como Matisse Thybulle (52-43 con 2.09 para el descanso).

Sin embargo, el gran protagonista de la primera mitad fue Davis.

Exquisito desde la media distancia pero también furioso yendo al aro (como en un impactante “alley-oop”), el pívot de los Lakers anotó 10 de sus 13 tiros para irse al vestuario con 23 puntos y una gran sensación de autoridad sobre Embiid (13 puntos en la primera mitad).

Pese al espléndido rendimiento de Davis, los Sixers controlaron el marcador (54-48) ante unos Lakers ridículos desde el triple (1 de 10) y que perdieron 11 balones.

NADIE AYUDA A DAVIS

Los angelinos tenían dos asuntos urgentes por resolver: el acierto exterior y la falta de concentración.

No arreglaron ninguno de ellos en la reanudación así que los Sixers metieron una marcha más y con 8 puntos de un escurridizo Tyrese Maxey pusieron tierra de por medio (67-58 a falta de 6.49).

Davis, tan dominante en ataque como intimidante en defensa, lo dio todo para sostener en pie a unos Lakers en los que estaba totalmente solo y que empezaban a fracturarse en todos los frentes.

Embiid detectó esa fragilidad, retomó el control de la pintura ante la ausencia de Davis, se apoyó en dos triples de Niang y desmoralizó a los Lakers con un parcial devastador para cerrar el cuarto (88-68 tras un 16-5 en tres minutos).

A los Lakers les entraban las prisas y dos triples de Russell Westbrook y Carmelo Anthony -que se encaró con un espectador en la grada- les mantuvieron con vida en el comienzo del último parcial (90-74 con 9.25 para el final).

Sin embargo, Harris y Embiid finiquitaron con precisión y sin sobresaltos una inapelable victoria de los locales.

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