Publicidad

Santiago de Chile, 23 jun (EFE).- Al menos 60 personas presentaron este miércoles síntomas de intoxicación en la bahía de Quintero y Puchuncaví, un polo industrial frecuentemente afectado por vertidos de químicos conocido como el “Chernóbil chileno” desde que en 2018 un episodio de contaminación dejó 1.700 perjudicados.

En esta ocasión, se trata de una decena de estudiantes y otros tantos docentes de un centro escolar de Quintero, donde se encuentran emplazadas más de 15 industrias, entre termoeléctricas, petroleras y plantas de tratamiento de cobre.

Mareos, vómitos y dolores de estómago fueron algunos de los síntomas reportados por los afectados de esta zona, donde hace tan solo una semana, otros 60 menores de edad fueron intoxicados por la presencia de sulfuro de hidrógeno en el aire “en concentraciones perjudiciales”.

Estos episodios, que cada vez se están haciendo más frecuentes, llevaron al Gobierno a decretar hace unos días “alerta sanitaria” y anunciar el cierre de la fundición Ventanas, de la minera estatal Codelco, por emisión de dióxido de azufre.

La clausura de la planta ha causado gran polémica y ha desatado un paro nacional en la compañía, cuyos trabajadores señalan a las otras 14 centrales e industrias que también se emplazan en la bahía y que pertenecen a manos privadas.

El Ejecutivo ya había ordenado a seis compañías de la zona disminuir sus actividades, con restricciones específicas para Ventanas y para la eléctrica AES Gener, además de anunciar un programa de reparación en salud para los habitantes.

Quintero y la aledaña localidad de Puchuncaví -150 kilómetros al oeste de Santiago- conforman una de las cinco “zonas de sacrificio” del país, espacios copados de actividad industrial con graves consecuencias para la salud de sus habitantes y el medioambiente.

En estas zonas, la gente se enferman hasta cuatro veces más que la media, con cuadros respiratorios y tumores malignos, según un estudio de la Universidad Católica y la fundación Chile Sustentable.

Publicidad