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Berlín, 17 mar (EFE).- El Parlamento alemán aprobó este viernes, con los votos de los tres partidos de la coalición de Gobierno, una controvertida reforma electoral -destinada a reducir el número de diputados- entre protestas y anuncios de recursos constitucionales por parte de la oposición conservadora y del partido La Izquierda.

La reforma perjudica especialmente a la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera -y por extensión a la Unión Cristianodemócrata (CDU) con quien ha formado siempre grupo parlamentario conjunto- y a La Izquierda.

La reforma era una asignatura pendiente en Alemania donde, por las particularidades del sistema electoral, existe actualmente el Parlamento más grande del mundo, exceptuando al Congreso popular chino, con 736 diputados.

Desde hace años se buscaban fórmulas para reducir el número de parlamentarios y, además, para evitar que éste siguiera creciendo, lo que no se podía descartar.

En Alemania cada ciudadano tiene dos votos en las elecciones parlamentarios. Uno de ellos para elegir un candidato concreto en una circunscripción unipersonal -donde se eligen diputados por lo que se llaman mandatos directos- y un segundo voto para elegir la lista de un partido.

El segundo voto, en el que se eligen listas de los partidos, determina la composición del Parlamento.

La mitad de los escaños, en principio, corresponden a mandatos directos y la otra mitad a diputados elegidos por las listas de los partidos.

Sin embargo, puede darse el caso de que un partido obtengan un número de mandatos directos que supera el número de diputados que le correspondería proporcionalmente por el segundo voto.

En el sistema que ha regido hasta ahora, eso llevaba a que el Parlamento aumentara su tamaño- con los llamados mandatos adicionales- a lo que se agregaba que los otros partidos debían recibir mandatos compensatorios para que no se distorsionase la composición del mismo.

Así, de los 736 diputados del Parlamento actual, 38 corresponden a mandatos adicionales o mandatos compensatorios.

La reforma elimina ese tipo de mandatos imponiendo que un partido solo puede llevar al Parlamento el número de diputados que le correspondería según los votos de su lista, al margen del número de diputados que logre elegir por mandato directo, por lo que los menos votados se quedarían sin escaño pese a ganar su circunscripción.

Eso perjudica especialmente a la CSU que suele obtener casi la totalidad de los mandatos directos en Baviera, lo que suele estar por encima del porcentaje de diputados que le correspondería por lista.

Otro elemento de la reforma es que elimina la excepción que había a la cláusula del 5 % del voto, que permitía que un partido, en caso de no alcanzar ese umbral, pudiera formar grupo parlamentario si obtenía menos tres mandatos directos.

Ese es el caso de La Izquierda en esta legislatura que, pese a no alcanzar el 5 %, tiene un grupo parlamentario con 39 diputados tras ganar tres mandatos directos.

La CSU, que solo se presenta en Baviera, obtuvo el 5,2 % de los votos -el porcentaje de las listas se consideran a nivel nacional- lo que le hubiera alcanzado en todo caso para entrar al Parlamento, pero el margen que tiene es lo suficientemente escaso como para pensar que, eliminada la excepción, puede verse también sin representación parlamentaria.

Tanto la CSU como La Izquierda han anunciado que presentarán un recurso ante el Tribunal Constitucional. Los argumentos centrales son que el nuevo sistema no tendría suficientemente en cuenta particularidades regionales, algo clave en el federalismo alemán, y que impediría el acceso al Parlamento de diputados libremente elegidos.

Según la reforma en el futuro el Parlamento alemán deberá tener 630 diputados.

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