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La última vez que una Eurocopa se jugó en Alemania, el país estaba dividido en dos y la final la jugó una selección que ya no existe, la URSS. Era 1988 y corrían los últimos tiempos del Telón de Acero. El torneo lo ganó aquella Holanda de Marco Van Basten, Rudd Gullit, Frank Rijkaard… Este jueves la UEFA confirmó que la Eurocopa de 2024 se celebrará en Alemania de nuevo. Toda en suelo germano, lejos de la dispersión de la cita de 2020, que tendrá sedes en 12 países.

No sorprendió cuando Alexander Ceferin, presidente de la UEFA, abrió el sobre con el ganador. Turquía, la otra candidata, puso mucho empeño en pelear con el gigante, pero finalmente el fútbol se jugará en el centro del continente. Doce votos a cuatro fue el resultado de la votación del comité ejecutivo del organismo que rige el fútbol europeo.

La potencia de la sede germana residía en sus infraestructuras. Sus estadios son ya de por sí ultramodernos en su mayoría, muy pocos arreglos necesitan para la cita. El transporte, los hoteles, la tecnología… en todo superaban aparentemente a Turquía, que apostaba por la multiculturalidad que le da ser frontera con Asia. La seguridad también pudo ser un factor importante. Demasiado reciente está el atentado de finales de 2016 en las inmediaciones del estadio del Besiktas, en Estambul, que dejó más de 40 muertos.

Fiabilidad alemana, por tanto, para la Eurocopa. El aval del éxito organizativo de 2006 pesó sin duda para la UEFA, y ese es el modelo a imitar, tal como reconoció el presidente de la federación alemana, Reinhard Grindel, cuando la candidatura se presentó. También en lo futbolístico. Aquel Mundial lo ganó Italia, pero supuso un punto de inflexión en el balompié germano pese al tercer puesto obtenido. Con aquella selección de Klinsmann se empezó a dejar atrás el rústico modelo de juego predominante en la selección alemana y se pasó a uno con más gusto por el toque.

En aquel equipo estaba Philipp Lahm, que hoy es el embajador de la candidatura. “Sin duda esta Eurocopa puede aportar mucho al fútbol alemán. El éxito de 2006 supuso un impulso para muchos jóvenes que luego ganaron el Mundial en 2014. Ahora también puede pasar”, comentó el exjugador del Bayern y del combinado nacional.

Los estadios de Berlín, Colonia, Dortmund, Dusseldorf, Frankfurt, Gelsenkirchen, Hamburgo, Leipzig, Stuttgart y Múnich albergarán los partidos del Campeonato que se anuncia bajo el lema “Unidos por el fútbol”. Una unidad que se pretende recuperar en el fútbol alemán tras el fiasco del pasado Mundial de Rusia y la polémica con Özil y Gundogan, que se fotografiaron con el presidente turco, Erdogan, poco antes de la cita.

Ambos jugadores fueron duramente criticados y Gundogan reconoció lo inoportuno del momento y pidió disculpas. No así Özil, que se mantuvo en su posición y acusó de racismo a la federación por no haberlo protegido. Queremos demostrar al mundo nuestros valores y condenamos el racismo en todas sus formas”, aseveró Oliver Bierhoff, exjugador y ahora director deportivo del fútbol germano, que en la presentación de la candidatura, a principios de septiembre, suavizó sobre el jugador del Arsenal, ya que previamente afirmó que hubiese sido mejor prescindir de él.

Lejos ya la polémica, Alemania celebra unida, como dice su lema, la decisión de la UEFA. Una Eurocopa es un evento muy potente, que reunirá a 24 selecciones con sus respectivas aficiones. También será una oportunidad para impulsar un fútbol que necesita un arreón para volver a ser la potencia que fue.

 

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