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NEW YORK, 26 ABRIL.- La anulación de la condena de 23 años de prisión por violación contra el productor de cine Harvey Weinstein ha generado reacciones encontradas, con su equipo legal celebrando la decisión como una victoria para la justicia y las víctimas denunciando un revés para el movimiento #MeToo.

El Tribunal de Apelaciones de Nueva York anuló la condena de Weinstein al considerar que el juez del juicio original había llamado indebidamente como testigos a varias mujeres que aseguraron ser víctimas de abuso sexual, aunque sus testimonios no formaban parte de los hechos juzgados. La jueza Jenny Rivera, en una controvertida votación de 4-3, señaló que el “remedio” es celebrar un nuevo juicio.

El equipo legal de Weinstein ha aplaudido la decisión, calificándola como “un gran día para América” y una victoria para todos los acusados en el estado de Nueva York. Arthur Aidala, abogado de Weinstein, afirmó que el productor de cine no había tenido un juicio justo y que está ansioso por contar su historia en un nuevo proceso.

Sin embargo, la anulación de la condena ha sido un golpe para las víctimas de Weinstein y para el movimiento #MeToo, que surgió en 2017 tras las acusaciones de abuso sexual contra el productor. La actriz Katherine Kendall, una de las más de cien mujeres que acusan a Weinstein de delitos sexuales, expresó su decepción por la decisión judicial, pero afirmó que “aunque (Weinstein) quedase libre, su nombre siempre será sinónimo de agresión sexual”.

La Fiscalía de Manhattan ha expresado su intención de volver a juzgar el caso y ha reiterado su compromiso con las víctimas de agresiones sexuales. Mientras tanto, Weinstein, que también cumple una condena de 16 años en California por delitos similares, planea apelar esa sentencia el próximo 20 de mayo.

La anulación de la condena de Weinstein ha reavivado el debate sobre el movimiento #MeToo y su impacto en el sistema judicial. Si bien algunos celebran la decisión como una victoria para el debido proceso, otros temen que pueda desalentar a las víctimas de agresiones sexuales a denunciar los abusos. El futuro de Weinstein y el legado del movimiento #MeToo aún están por escribirse.

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