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Berlín, 11 ene (EFE).- Las manifestaciones semanales contra las medidas anticovid del Gobierno alemán reunieron en el segundo lunes de este año a unas 188.000 personas, según datos oficiales conocidos hoy, que muestran un incremento de la participación en esos eventos.

Berlin (Alemania) EFE/EPA/CLEMENS BILAN

El ministerio alemán del Interior informó hoy de que el lunes esa fue la participación registrada en las más de mil manifestaciones en todo el país mientras que la titular de la cartera, Nancy Faeser, advirtió del peligro de que se produzca una radicalización de las protestas.

Berlin (Alemania) EFE/EPA/CLEMENS BILAN

Según los datos oficiales algunos agentes de policía resultaron heridos en las manifestaciones de las localidades de Bautzen, Braunschweig, Gera y Magdeburgo y la mayor participación se dio en las de Cottbus y Rostock.

La ministra Faeser se había desplazado el lunes a Dresde (este) para comprobar las medidas de seguridad desplegadas para evitar altercados en las manifestaciones, que en el primer lunes del año lograron reunir a unas 50.000 personas solo en el estado federado de Baden-Württemberg, en el suroeste de Alemania, donde se registró la mayor participación.

En otros “Länder” se había detectado ese día la presencia de varias decenas de miles de personas que protestaban contra las medidas acordadas entre el Gobierno federal y las regiones contra la propagación del coronavirus.

La ministra declaró hoy a la segunda cadena de la televisión pública: “Claro que queremos escuchar otras opiniones en las calles, eso es lo que corresponde en un Estado de Derecho”.

Pero advirtió del peligro de que se dé una radicalización del movimiento de protesta y dijo a quienes participan en él que deben preguntarse “con quién va uno a la calle”.

Las manifestaciones de este lunes contaban en algunos casos con la comunicación a las autoridades, lo que es preceptivo; pero otras no habían sido ni anunciadas.

Los medios locales mostraron cómo en muchas de las protestas no se respetaban las medidas de distanciamiento social recomendadas, o el uso de mascarillas; todo ello en medio de un nuevo repunte de contagios de covid en el país.

Desde que el nuevo Gobierno del canciller Olaf Scholz anunciara su intención de implementar la vacunación obligatoria, una medida que todavía no se ha debatido en el Parlamento, que no tiene fecha de entrada en vigor y que suscita amplias divergencias políticas, la afluencia a las protestas semanales contra las medidas del Ejecutivo ha ido en aumento.

Representantes de diversos partidos políticos han expresado su preocupación ante la creciente radicalización del movimiento, que se ha amalgamado en gran parte del país con la ultraderecha y con grupos de tendencias esotéricas.

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