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Hiroshima (Japón), 21 may (EFE).- El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, respaldó este domingo la declaración conjunta de los líderes del G7 reunidos en Japón que subraya la necesidad de reducir la dependencia comercial con China.

El G7 señaló la víspera en su comunicado final, tras reunirse en la ciudad de Hiroshima, que presionará al gigante asiático para fortalecer el sistema de comercio internacional con el objetivo de “igualar” las condiciones de empresas y trabajadores; así como abordar los retos que entrañan dichas prácticas, que consideran que “distorsionan la economía global”.

Albanese, quien desde su llegada al poder en mayo de 2022 ha buscado un acercamiento comercial con Pekín a fin de zanjar varios conflictos comerciales entre ambas naciones, remarcó que Australia ya había expresado “desde hace tiempo” su “preocupación” sobre el gigante asiático y “seguirán haciéndolo”.

Pekín comenzó a imponer desde 2020 numerosas restricciones y aumentó los aranceles a productos australianos como la cebada, la madera, el vino y el carbón, a raíz de que el anterior gobierno australiano reclamara impulsar una investigación sobre el origen de la covid-19 y otras desavenencias, aunque China, el principal socio comercial de Australia, niega que éste fuera el motivo.

Unas medidas vistas como abusivas por el anterior ejecutivo, encabezado por el primer ministro conservador Scott Morrison.

Desde la llegada de Albanese las relaciones comerciales entre ambas naciones han comenzado poco a poco a enmendarse y el primer ministro australiano tiene la intención de viajar a China “en el futuro”, sin precisar fecha, para proseguir con el “diálogo”, algo que ha sido “bien recibido” por los líderes del G7.

“Lo que debemos hacer es asegurarnos de trabajar de una manera que mejore la paz, seguridad y estabilidad en la región”, subrayó el líder de Australia, país miembro de los pactos de seguridad AUKUS, junto a Estados Unidos y Reino Unido, y Quad, junto a EE.UU., Japón y la India, como contrapeso a China en el Indopacífico.

Por su parte, Pekín acusó el sábado al G7 de “manipular”, “sembrar la discordia contra China” e “ignorar los principios de la economía de mercado”, al oponerse firmemente a la declaración del Grupo de los Siete (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) y la Unión Europea.

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