Unos cien migrantes caminaban en caravana por la carretera que conecta la fronteriza Ciudad Hidalgo con Tapachula, estado de Chiapas (sureste), cuando agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y policías antimotín los rodearon.
“No pueden seguir avanzando en territorio nacional de forma irregular”, alertó un agente del INM a través de un altavoz.
“Tienen la posibilidad de solicitar el refugio”, añadió frente al contingente.
Algunos de los migrantes fueron subidos por la fuerza a dos autobuses habilitados para su traslado, en medio de un tenso ambiente en el que niños lloraban y adultos exponían a los agentes los motivos de su migración.
Miles de hondureños entraron en México por ese mismo punto el pasado 19 de octubre, como parte de una multitudinaria caravana que salió de Honduras con el fin de llegar a Estados Unidos.
La masiva entrada no fue contenida por las autoridades mexicanas, que desde días atrás exhortaron por ingreso legal a Méxicomediante una solicitud de refugio, oferta que hasta el jueves tramitaron poco más de mil 700 hondureños que ya no siguieron la caminata.
La masiva movilización de migrantes, que activistas califican ya de un éxodo, ha llamado la atención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha reiterado que no permitirá su entrada y ha amenazado con movilizar tropas a la frontera con México.
