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Washington, 13 ene (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó este jueves sus dudas sobre el futuro de los dos proyectos de ley que los demócratas quieren sacar adelante para proteger el derecho a voto, ante las crecientes restricciones al sufragio aprobadas a nivel estatal por los republicanos.

“No sé si vamos a conseguirlo pero sé una cosa, mientras tenga aliento, mientras esté en la Casa Blanca y mientras esté involucrado, voy a luchar para cambiar la manera en que estos legislativos (estatales) se están moviendo”, dijo Biden a su salida de una reunión en El Capitolio con los demócratas de la Cámara Alta.

Los progresistas quien someter a debate en el Senado dos proyectos de ley para garantizar el derecho a voto, pero se enfrentan a una férrea oposición republicana a una reforma electoral.

Los conservadores han conseguido hasta ahora bloquear la aprobación de esas leyes gracias a una maniobra conocida como “filibusterismo”, que permite impedir el debate de cualquier medida si no se reúne una mayoría de 60 votos en el Senado.

Biden se había opuesto hasta ahora a la posibilidad de que los demócratas eliminaran esa maniobra para hacer valer su estrechísima mayoría, que es de apenas 50 escaños, justo la mitad del hemiciclo, pero esta semana aseguró que la obstrucción de los republicanos no le ha dejado “otra opción” que apoyar esa idea.

El presidente recibió un jarro de agua fría este jueves antes de dirigirse al Congreso desde sus propias filas, donde la senadora demócrata Kyrsten Sinema, de Arizona, ha advertido de que no apoyará ninguna medida que socave el “filibusterismo” para aprobar nuevas leyes.

En una intervención en el hemiciclo, Sinema afirmó que sigue respaldando los proyectos de ley para proteger el derecho al voto, pero que no apoyará “acciones separadas que empeoren la enfermedad subyacente de la división que infecta al país”, en referencia la gran polarización política existente en EE.UU.

En su reunión de este jueves con el caucus demócrata de la Cámara Alta, Biden reiteró lo dicho hace dos días durante una visita a Georgia y transmitió a los senadores que “esta es una oportunidad histórica para salvar la democracia y la necesidad de proteger una forma fundamental de gobierno estadounidense”, explicó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.

Psaki aseguró que la Casa Blanca seguirá luchando para sacar adelante los dos proyectos de ley hasta que se tengan los votos en el Senado. En ese sentido, se refirió al líder de la mayoría demócrata en esa cámara, Chuck Schumer, quien tendrá que decidir cuáles son los siguientes pasos a seguir.

“Pero nosotros vamos a continuar con las reuniones y llamadas, y ese va a ser en lo que va a estar centrado el presidente”, dijo.

Según los demócratas, el Partido Republicano está preparando el terreno a nivel estatal para dificultar el voto en los próximos ciclos electorales y, potencialmente, dar así la vuelta a un resultado que no les favorezca en las legislativas de este año y las presidenciales de 2024.

Las restricciones al voto están afectando, sobre todo, a minorías como los afroamericanos y los latinos.

El líder derechos civiles Martin Luther King III, el hijo mayor de Martin Luther King Jr., lamentó este jueves la decisión de Sinema y señaló que mientras la senadora continúa “cabezota en su optimismo” las minorías “están perdiendo el derecho al voto”.

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