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Bruselas, 12 feb (EFE).- El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, dijo este lunes que el número de muertos en la guerra de Gaza es “muy alto” y pidió que se deje de dar armas a Israel.

El jefe de la diplomacia europea señaló que cada vez se alzan más voces en todo el mundo alertando de que las acciones del Ejército israelí en la Franja de Gaza son “desproporcionadas” y “excesivas”, incluyendo las del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cuyo país es el principal aliado de Israel.

“Mi pregunta es ¿más allá de las palabras, qué más se cree que hay que hacer? Si crees que el número de muertes es muy alto ¿tienes alguna posibilidad para reducirlo?”, dijo Borrell en declaraciones a la prensa, a su llegada a la reunión que los ministros de Cooperación de la Unión Europea celebran hoy en Bruselas.

“La UE no da armas a Israel, lo hacen otros. Si crees que el número de muertos es muy alto, quizás puedas hacer algo para reducirlo”, continuó Borrell.

El alto representante celebró que el Ejército israelí rescatase hoy a dos rehenes en Rafah, pero mostró también su preocupación por el plan que ha anunciado este fin de semana el presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, para ampliar la ofensiva militar terrestre en la ciudad del sur de la Franja, fronteriza con Egipto.

“Si lanzan una ofensiva contra un área altamente poblada, con más de 1,7 millones de personas estrelladas contra un muro, no pueden escapar. Cuando hay una guerra, la gente escapa, pero la gente en Gaza no puede escapar. Están con las puertas cerradas. Están siendo bombardeados sin que puedan escapar”, aseguró Borrell.

“Espero que el mundo entero tome nota de ello”, dijo.

Borrell señaló también que si se intensifica la acción militar en Rafah, será más difícil que llegue la ayuda humanitaria a los palestinos y aseguró que el papel que juega la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en este ámbito es “insustituible”.

Los ministros se reunirán hoy con el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazarini, con quien discutirán la situación sobre el terreno y la financiación de la organización, después de que los principales donantes, entre ellos Estados Unidos o Alemania, hayan suspendido sus fondos tras las acusaciones de Israel de que 12 de sus trabajadores cooperaron con el ataque de Hamás del 7 de octubre.

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