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OTTAWA, 7 MAYO.- El gobierno canadiense ha acordado repatriar a seis mujeres y 13 niños canadienses que se encuentran actualmente detenidos en campos de prisioneros en el noreste de Siria. Sin embargo, el acuerdo excluye a los cuatro hombres que también formaban parte del caso presentado ante la corte federal.

La mayoría de los canadienses han estado detenidos en campos administrados por las autoridades kurdas desde la caída del Estado Islámico en 2019. Lawrence Greenspon, el abogado que representa a las familias, argumentó que su detención viola sus derechos constitucionales.

El acuerdo de repatriación, firmado confidencialmente con Global Affairs Canada, establece el regreso de las mujeres y niños canadienses en un “plazo mutuamente acordado”, sin proporcionar más detalles.

Alexandra Bain, fundadora de Families Against Violent Extremists, está en contacto regular con las seis mujeres que serán repatriadas. Algunas de ellas se casaron en Canadá antes de viajar a Siria, mientras que otras se casaron durante la guerra civil. Todas tienen hijos. Bain no cree que representen un peligro, sino que son personas “quebrantadas” que desean cuidar de sus hijos y reconstruir sus vidas.

Leah West, profesora asistente de la Escuela Norman Patterson de Asuntos Internacionales de la Universidad Carleton, visitó Siria en 2019 y describió las condiciones de vida en los campos de prisioneros como “horribles”, incluso para los niños.

La exclusión de los hombres del acuerdo de repatriación ha generado críticas. Barbara Jackman, abogada de uno de los hombres, afirma que el gobierno no ha presentado evidencia que justifique su exclusión, acusándolos de discriminación de género.

Existen llamados a la repatriación de las familias canadienses detenidas en Siria desde hace años, pero los supuestos vínculos con ISIS han generado dudas por parte del gobierno. La repatriación de estas seis mujeres y 13 niños es posible gracias a una política implementada en 2021 que permite reconsiderar las repatriaciones en caso de un cambio fundamental en las circunstancias.

Desde 2021, tres mujeres y cuatro niños canadienses han sido repatriados sin incidentes de seguridad. La comunidad internacional, incluyendo Human Rights Watch y las Naciones Unidas, ha presionado a Canadá para que sea parte de la solución en lugar de contribuir al problema.

Leah West argumenta que si los canadienses detenidos en Siria cometieron crímenes, eso no justifica dejarlos languideciendo en los campos de prisioneros. Cree que podrían enfrentar procesos judiciales por ciertos delitos, pero que no es justo evitar el problema al no traerlos de vuelta a Canadá. “Si nuestra creencia es que fueron a participar en actos de terrorismo en nombre de ISIS, es nuestra responsabilidad, y de hecho nos hemos comprometido a ello en diversos documentos internacionales, juzgarlos por sus crímenes, llevarlos a juicio y hacerlos responsables de lo que hicieron”, afirmó West.

La repatriación de estas mujeres y niños representa un paso importante, pero aún quedan muchos canadienses detenidos en Siria, cuyo futuro sigue siendo incierto.

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