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San José, 29 mar (EFE).- Cientos de nicaragüenses católicos celebraron este viernes el viacrucis en los jardines de la catedral metropolitana de Managua y no en las calles, luego que las autoridades policiales prohibieran toda actividad pública, incluidas las religiosas, sin previa autorización.

Un niño representa a Jesús durante el Santo Viacrucis este Viernes Santo, durante las celebraciones de Semana Santa en Managua (Nicaragua). EFE/ Jorge Torres

La Catedral acogió a cientos de devotos que se congregaron desde tempranas horas en las afueras para participar en el tradicional viacrucis penitencial, que rememora el calvario que sufrió Jesucristo antes de ser crucificado.

Devotos participan en el Santo Viacrucis este Viernes Santo, durante las celebraciones de Semana Santa en Managua (Nicaragua). EFE/ Jorge Torres

Los católicos nicaragüenses revivieron las últimas horas del Nazareno en una masiva procesión que esta vez salió de un costado de la Catedral y concluyó con una eucaristía, presidida por el cardenal Leopoldo Brenes, frente a la puerta principal de la basílica.

El Gobierno que preside Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, a través de la Policía Nacional, prohibió a la Iglesia sacar a los santos a las calles desde febrero de 2023, cuando no les autorizó celebrar las procesiones durante esa Cuaresma.

La Policía solo autorizó realizar los viacrucis en el interior o en el atrio de las parroquias, pero no en las calles, de acuerdo con la información.

En el resto de templos católicos de los diferentes municipios de Nicaragua también se conmemoró en su interior el viacrucis.

En el predio de la Catedral, Domingo Urbina, recorrió las 14 estaciones del viacrucis vestido de soldado romano para agradecer por todos los logros alcanzados en su vida, “para tanto que le he pedido y que poco a poco se ha ido cumpliendo”, declaró Urbina.

Por su parte, Darwin Espinoza, con una imagen de la Sangre de Cristo sobre su cabeza, hizo todo el recorrido del viacrucis para pedir por la salud de un ser querido.

Espinoza, afirmó que tiene 12 años de pagar promesas y pedir favores a la imagen, de quien aseguró “tiene poder”.

Los creyentes acudieron en familia a la Catedral de Managua, muchos de ellos vestidos con ropas de color blanco, otros descalzos, con vendas en los ojos, banderas representativas de la Iglesia Católica o imágenes de Jesús crucificado.

El viacrucis culminó con una eucaristía en el atrio del templo y no frente a la venerada imagen de la Sangre de Cristo, como se acostumbraba hasta antes del 31 de julio de 2020 cuando fue calcinada en la capilla en la Catedral de Managua en un incendio involuntario, según las autoridades, en un acto terrorista, de acuerdo con la Iglesia católica.

Traída desde Guatemala un 4 de julio de 1638, la imagen de la Sangre de Cristo, hecha de madera policromada y que fue enaltecida en un inicio como “El Señor de los Milagros”, fue venerada por San Juan Pablo II en 1996, cuando se arrodilló y oró a sus pies, durante su segunda visita a ese país centroamericano, de mayoría católica.

Con un 58,5 % de feligreses, la iglesia Católica es la más seguida en Nicaragua, según los datos oficiales.

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