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Manila, 9 may (EFE).- Filipinas se ha quedado en vilo tras el cierre este lunes de los colegios electorales en unos polarizados comicios en los que Ferdinand “Bongbong” Marcos, hijo del fallecido dictador Ferdinand Marcos, es favorito para sustituir al polémico presidente saliente, Rodrigo Duterte.

El candidato Ferdinand 'Bongbong' Marcos Junior. EFE/EPA/BERNIE SIPIN DELA CRUZ

Se han producido largas colas de más de cinco horas en algunos de los 412.000 colegios electorales en el archipiélago filipino en un jornada marcada por los problemas técnicos con el voto electrónico.

Imagen cedida por OSMP del candidato Manny Pacquiao. EFE/EPA

La propia Leni Robredo, actual vicepresidenta y la más inmediata rival de Marcos, tuvo que esperar dos horas para depositar su papeleta en Naga, una ciudad en el sur de la norteña isla de Luzón.

Los colegios, que abrieron a las 6.00 hora local (22.00 GMT del domingo), estuvieron abiertos unas trece horas para permitir el voto de unos 67 millones de filipinos registrados para elegir entre 10 candidatos a presidente y 9 a vicepresidente, así como 12 senadores, el Congreso y miles de cargos provinciales y locales.

A pesar de la hora del cierre oficial, algunos colegios permanecieron abiertos más tiempo para permitir a las personas que hacían cola a un distancia de 30 metros poder depositar su voto.

La Comisión Electoral, que no ha confirmado cuando podría dar los primeros resultados provisionales, informó de que 1,6 millones de filipinos votaron desde el extranjero y que se han habilitado centros para que los contagiados con la covid-19 puedan votar.

Las encuestas sugieren una clara victoria de Marcos, que se sitúa a 33 puntos porcentuales por delante de Robredo, a pesar del legado de expolio y opresión de su padre.

Uno de los más madrugadores en acudir a las urnas fue el propio Marcos, quien depositó su papeleta en la capital provincial de Ilocos del Norte, el feudo tradicional del clan.

Marcos se presenta en tándem con Sara Duterte-Carpio, que es favorita para el cargo de vicepresidenta, que se vota de manera independiente, y es hija del actual presidente, Rodrigo Duterte, que por ley no puede aspirar a la reelección.

A pesar de la gran diferencia que ostenta Marcos en las encuestas, algunos analistas sostienen que Robredo, que ocupa la vicepresidencia del país, podría dar la sorpresa y que los resultados sean mucho más ajustados de lo que se espera.

Robredo, abogada de derechos humanos y azote de Duterte y su guerra contra las drogas, ha conseguido a movilizar a centenares de miles de personas en sus actos de campaña y aglutina a un electorado más progresista y urbano.

Otros candidatos a la presidencia, aunque con escasas posibilidades de ganar, son la leyenda del boxeo Manny Pacquiao; el alcalde de Manila, Francisco “Isko” Moreno; y el antiguo director de la Policía Nacional y azote de Duterte, Panfilo Lacson.

La campaña de tres meses que acabó el sábado se ha visto gravemente afectada por la operación de desinformación masiva que ha inundado las redes sociales con noticias falsas y ataques continuos entre candidatos.

DESINFORMACIÓN

Una desinformación, principalmente en Facebook, de la que lleva años advirtiendo la periodista y nobel de la paz filipina, María Ressa, ha permitido reescribir el legado de Marcos e Imelda Marcos, que estuvieron en el poder entre 1965 y 1986.

Los Marcos fueron expulsados del poder tras una revolución popular pacífica, pero dejaron tras de sí al menos 3.257 personas ejecutadas de manera sumaria, miles de torturados y unos 10.000 millones de dólares expoliados del erario público.

Sin embargo, muchos filipinos consideran hoy día a los Marcos como los modernizadores del país, patriotas, compasivos y ven aquellos años como la época dorada de Filipinas.

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