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Nueva York, 7 may (EFE).- Las protestas para exigir justicia por el asesinato de un sintecho de raza negra con problemas mentales en el metro en Nueva York continuaron este sábado por la noche, cuando un grupo bajó a las vías en una estación y paralizó temporalmente el transporte, según medios locales.

Hace casi una semana que Jordan Neely, de 30 años, murió en el metro al ser estrangulado por un pasajero identificado luego como Daniel Penny, un antiguo miembro de la Marina estadounidense, blanco y de 24 años, en un caso que ha causado polémica y puesto el foco sobre la crisis de salud mental en la ciudad.

Desde entonces se han sucedido las protestas, pero la de ayer, que bloqueó durante media hora el transporte en una estación de Manhattan en un ambiente tenso con la policía, según vídeos publicados este domingo por ABC7 y The Wall Street Journal, ha sido criticada por su peligrosidad por las autoridades.

El 1 de mayo, Neely, un imitador de Michael Jackson, gritó a los pasajeros de un vagón que tenía hambre, sed y estaba listo para morir cuando Penny lo tiró al suelo y le hizo una llave de estrangulamiento durante 15 minutos hasta asfixiarlo, según testimonios y vídeos del incidente recogidos en los medios.

El informe forense catalogó el miércoles la muerte como un homicidio y la Fiscalía de Manhattan dice estar investigando lo ocurrido mientras la familia de Neely denuncia la lenta respuesta de la justicia, señalando el componente racial del caso, y los abogados de Penny aseguran que fue un “trágico” accidente.

Se espera que la próxima semana el caso pase a manos de un gran jurado, que determinará si las pruebas ameritan una imputación penal para Penny por parte de los fiscales.

Los abogados de la familia de Neely criticaron este domingo en el canal MSNBC que las autoridades no imputaran a Penny sino que le dieran “el beneficio de la duda” al interrogarle y dejarle en libertad, si bien aparece en un vídeo aplicando la llave mortal a Neely mientras otros dos pasajeros le ayudan a sujetarlo.

Agregaron que la víctima sufría un trauma desde la adolescencia por el asesinato de su madre a manos de su padrastro, pero había intentado encauzar su vida y tenía una red familiar.

Los abogados de Penny aludieron en un comunicado al “comportamiento errático y violento, aparentemente fruto de una enfermedad mental no tratada”, de la víctima, y dijeron que cuando esta “empezó a amenazar agresivamente” a los pasajeros, su cliente actuó para “protegerlos hasta que llegara ayuda”.

“Daniel nunca quiso hacer daño a Mr. Neely y no podía haber previsto su muerte prematura”, agregaron los abogados, que aprovecharon para reclamar a las autoridades “abordar la crisis de salud mental en nuestras calles y metros”.

Según indicaron fuentes policiales a los medios, Neely tenía problemas de salud mental documentados y había sido arrestado más de 40 veces por agresión, conducta problemática y por no pagar la entrada del metro.

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