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Bruselas, 1 jun (EFE).- La Comisión Europea propuso este miércoles que Croacia adopte la moneda única en 2023, tras constatar que el país cumple los criterios económicos y legales para convertirse en el vigésimo miembro de la eurozona.

El informe de convergencia adoptado hoy por Bruselas muestra que el país es el único listo para sumarse al euro de entre los aspirantes a hacerlo, ya que Bulgaria, Suecia, Rumanía, Polonia, Hungría y República Checa no cumplen aún los requisitos.

“Es un momento histórico (…). Marcará la integración total de Croacia en la Unión Europea menos de una década después de su adhesión y es un avance positivo para la propia Croacia, porque traerá beneficios tangibles para la economía y los ciudadanos”, declaró el vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis.

En un encuentro con agencias internacionales, Dombrovskis subrayó que se trata además de “una señal positiva para la eurozona en su conjunto”, puesto que su ampliación “impulsa la fortaleza global de Europa”.

Y se mostró confiado en que no habrá obstáculos para que el resto de socios den luz verde para que el próximo 1 de enero Croacia cambie la kuna por el euro.

El plan es que el Eurogrupo y los jefes de Estado y de Gobierno den su visto bueno político en junio y que los ministros de Economía y Finanzas de toda la UE (el Ecofin) aprueben la decisión en julio tras consultar con el Banco Central Europeo y la Eurocámara.

Tras dos años en la antesala del euro -el llamado mecanismo ERM II, que vincula el tipo de cambio de la moneda nacional con el de la comunitaria-, Croacia cumple los criterios que exigen estabilidad en el tipo de cambio, el nivel de precios y los tipos de interés a largo plazo, así como tener unas sólidas finanzas públicas.

Sobre este último punto, Dombrovskis destacó que, si bien las normas de disciplina fiscal europeas siguen suspendidas tras la pandemia, se ha comprobado que Croacia respeta el techo de déficit del 3 % del PIB y que la deuda pública y privada “está en trayectoria descendente”, como exigen estas reglas.

Bruselas insiste además en que ahora existe una cooperación entre el Banco Central Europeo y los candidatos al euro, cuyos bancos son supervisados por Fráncfort en los meses antes de unirse a la eurozona, que reduce el riesgo de futuros problemas ligados al sector bancario, que en Croacia están además sobre todo en manos de entidades alemanas e italianas, según explicaron fuentes comunitarias.

Con una inflación disparada desde hace meses en toda la UE por la subida del precio de la energía y la guerra en Ucrania, la Comisión aleja también el fantasma del aumento de precios que tradicionalmente se ha asociado a la adopción del euro.

Si bien esta conlleva un aumento excepcional de entre 0,1 y 0,3 puntos de inflación y costes de adaptación, “a medio plazo se ve más que compensado por los menores costes de financiación y del cambio de divisa”, dijo Dombrovskis, quien incidió, no obstante, en la necesidad de vigilar que las empresas no aprovechen la coyuntura para subir precios.

La de Croacia es la primera ampliación de la eurozona desde la unión de Lituania en 2015 y, tras ella, el socio más próximo a unirse sería Bulgaria, que está en el ERM II y aspira a tomar el euro en 2024.

No obstante, todos los socios de la UE con la salvedad de Dinamarca, que negoció una excepción, están llamados a sumarse al proyecto iniciado en 1999.

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