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Desde Miraflores se quiso presentar el viaje que de manera súbita emprendió Nicolás Maduro a China como un gesto para reforzar la confianza entre dos viejos aliados. Y aunque es verdad que China ha sido un socio fundamental de la revolución bolivariana –en la última década le ha prestado al país vecino alrededor de 62.000 millones de dólares–, también lo es que hace rato esta relación entre las dos naciones dejó de darse en un plano de igualdad.

Los incumplimientos del gobierno de Maduro en los pagos habían ‘cortado el chorro’ proveniente de Pekín en materia crediticia. Situación crítica de Venezuela, que en este nuevo acercamiento le permite a la nación de Xi Jinping tener la sartén por el mango. Como lo tituló este diario: más que un socio, Pekín es hoy el prestamista ‘gota a gota’ de Caracas.

Con estas nuevas reglas, el presidente emprendió un viaje que más que reforzar los lazos que unen a ambas naciones tiene como meta obtener, al precio que sea, un salvavidas para una economía que hace rato rueda por el despeñadero. El objetivo concreto era conseguir liquidez para las empresas que han firmado convenios con la estatal petrolera PDVSA a fin de lograr un repunte de la producción. Esta ha alcanzado en el último tiempo los mínimos más bajos en 60 años.

El apoyo político es lo único que, con seguridad, Maduro traerá en su equipaje de regreso a Caracas. Los dólares, que necesita con suma urgencia, son todavía un misterio.

Para el cubrimiento de la agenda del mandatario no se autorizaron medios de terceros países. Solo se cuenta por ahora con la versión del presidente venezolano, quien dijo ayer: “Recibiremos miles de millones de dólares en inversiones para hacer realidad nuestras empresas mixtas en el campo petrolero”. Del lado chino no ha habido pronunciamiento alguno que permita tener más certeza sobre este hecho o, por lo menos, precisión en las cifras.

Por lo pronto, el apoyo político es lo único que, con seguridad, Maduro traerá en su equipaje de regreso a Caracas. Los dólares, que necesita con suma urgencia, son todavía un misterio. Y pueden serlo por mucho más tiempo.

 

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