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Desde hace cuatro meses, Rafael Alfredo Sarria Díaz se convirtió en una de las prioridades de las autoridades de Estados Unidos. El Departamento de Justicia cree que él es el hilo conductor para demostrar desde la apropiación de fondos estatales hasta operaciones de narcotráfico de Diosdado Cabello, el segundo del régimen de Nicolás Maduro.

Aunque su nombre saltó a la palestra internacional este miércoles, cuando le fue incautado un lujoso ‘jet’ Gulfstream 200, de 20 millones de dólares, que tenía camuflado en un hangar en Florida, su historial en el régimen se remonta a 1998, cuando Hugo Chávez lanzó su campaña a la presidencia de Venezuela.

En ese momento, según agentes antimafia, se empezó a ver a Sarria en uno de los anillos de seguridad más próximos al comandante.

De acuerdo con su prontuario, para llegar allí tenía dos credenciales: haber pasado por la academia militar y ser amigo de Diosdado Cabello, quien era el operador de la campaña de Chávez. Sin embargo, en la hoja de vida de Sarria solo aparecía como experiencia la venta de seguros y pólizas.

Pero cuando Chávez llegó a la presidencia, la suerte de su escolta cambió radicalmente. Se convirtió en un próspero contratista del Ministerio de Infraestructura, asignado a Cabello entre 2003 y 2004. Y repitió la historia en el estado de Miranda cuando Cabello fue su gobernador, entre 2004 y 2008.

Posteriormente, Sarria fundó una casa de cambio, conocida como Global Corp., Casa de Bolsa, que entró al radar de la Comisión Nacional de Venezuela por presuntas irregularidades en sus operaciones. Pero, según el periodista venezolano Casto Ocando, la investigación no pasó a mayores por su cercanía con el chavismo.

A Diosdado lo conoció en la academia militar, de donde Sarria salió prematuramente porque al parecer fue expulsado. Incluso, tenemos información de que la mamá del señor Sarria fue una de las personas que visitó en prisión a Chávez cuando este estuvo encarcelado tras el fallido intento golpista que lideró. La amistad con Diosdado es vieja, y el origen de Sarria es modesto”.
Y agregó que aunque es público que en 2010 fue expulsado de Estados Unidos, hasta ahora se desconocía el motivo: “Sarria no pudo demostrar la legalidad de su estatus de migrante”.

Por eso, a su familia le llama la atención que además de jet, los Sarria también tuvieran bienes en Manhattan y Boca Ratón, además de tres empresas constituidas en Florida.

En efecto, el Departamento del Tesoro le ubicó 14 propiedades en ese país y unas cuantas en Caracas, Valencia y Madrid. Pero este diario estableció que también tienen intereses en Francia.

Según registros públicos, la esposa de Sarria, Mireya Carolina Hidalgo, asumió en julio de este año el cargo de directora de una firma dedicada al arrendamiento de terrenos y otros bienes inmuebles en París. La empresa registra un capital de 320.000 euros, unos 1.120 millones de pesos. 

Lo que Washington quiere establecer es cómo un exescolta de Hugo Chávez terminó amasando una fortuna de ese tamaño, que incluye un apartamento en Nueva York,vecino al de la cantante Jennifer López en la exclusiva calle de Park Avenue.

Este es el ‘jet’ de 20 millones de dólares que le fue incautado a Rafael Sarria este martes en un hangar en Florida.Foto: Archivo Particular

¿Nexos con Colombia?

Las autoridades le perdieron el rastro después de su expulsión de Estados Unidos y cuando supuestamente comenzó el saqueo de la estatal PDVSA y los negocios del narcotráfico de la cúpula de Miraflores.

Al respecto,  en algunos medios de prensa investigativa se estableció que Sarria se desplazó en al menos cuatro oportunidades a Colombia, una de ellas el 3 de octubre de 2013, cuando salió desde Caracas hacia Bogotá en un lujoso vuelo chárter que no está relacionado con el jet incautado esta semana, pero que ya despertó el interés de los agentes antimafia de Estados Unidos.

En cuanto al ‘jet’ incautado, reporteros de este diario establecieron que varios bancos estadounidenses lo utilizaron en momentos en que el aparato estaba ligado a las empresas Averuca C. A. y Quiana Trading Limited, ambas dirigidas por Sarria.

De hecho, las entidades bancarias también están en la mira del Departamento del Tesoro para determinar si tienen dineros de los Sarria o de otros miembros del régimen venezolano.

Por el momento, se estableció que el lujoso jet, de matrícula N488RC, no ha usado ninguno de los aeropuertos colombianos, al menos en los últimos cinco años. Ahora se verifica si pidió permiso para usar el espacio aéreo para moverse hacia Suramérica o hacia Estados Unidos.

 

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