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El presidente colombiano, Iván Duque, a la izquierda, junto a su homólogo panameño, Juan Carlos Varela, el pasado lunes. TITO HERRERA (AFP).

“Yo tengo toda la confianza en el ministro”. Así el presidente colombiano, Iván Duque, quiso respaldar el martes a su titular de Hacienda, el veterano político Alberto Carrasquilla, ante unos señalamientos por corrupción que amenazan con desatar una tormenta en el Congreso del país.

“No me enriquecí […]. Es falso”, aseguró tajante el ministro en un comunicado emitido la madrugada del lunes. Aunque reconoce su participación en los servicios de asesoramiento, afirma que todos los pagos están registrados. Carrasquilla niega también que la colocación de esos bonos fuera perjudicial para las alcaldías. “Decir que los municipios se empobrecieron, cuando en realidad por primera vez en la historia pudieron construir la infraestructura para dotar de agua potable a sus poblaciones, es una falacia”. Por último, rechaza haber utilizado una cuenta en Panamá con el propósito de defraudar. En junio de 2018, cuando Duque ganó las elecciones, cedió las acciones de Konfigura y acordó liquidar la sociedad.

Estas son las explicaciones a las que aludió el presidente, que calificó a Carrasquilla de “persona que llama las cosas por su nombre y bastante ecuánime”. “Dio una respuesta muy clara a través de su comunicado”, mantuvo. Uribe también salió en su apoyo. Pero lo realmente relevante en el plano político son las consecuencias de estas sospechas. Y, de momento, han motivado la comparecencia del ministro en el debate de Control Político de la próxima semana. Lo pidió el senador Jorge Enrique Robledo, que concurrió a las elecciones presidenciales en alianza con el candidato Sergio Fajardo. “Yo espero que el ministro vaya la próxima semana al debate al cual está citado y ante los ojos del país siga dejando en claro su honorabilidad”, continuó Duque, que enarbola la bandera de la regeneración apostó por apoyar la consulta anticorrupción del pasado 26 de agosto.

Existe, además, la posibilidad de que la oposición plantee una moción de censura, prevista en la Constitución de 1991. Aunque el nuevo mandatario, que asumió el cargo hace poco más de un mes, fue elegido con más de 10 millones de votos –un resultado histórico– en sede parlamentaria el Gobierno es más débil. Cuenta con la mitad del Senado y con menos de la mitad de la Cámara de Representantes. En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que esta figura, que fue utilizada en su momento también contra Juan Manuel Santos cuando era ministro de Defensa de Uribe, nunca llegó a prosperar en Colombia, una república netamente presidencialista.

 

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