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Belgrado, 30 may (EFE).- El embajador de Estados Unidos en Kosovo, Jeffrey Hovenier, y el jefe de la delegación de la Unión Europea (UE), Tomas Szunyog, condenaron hoy los ataques de manifestantes serbios en Zvecan, en el norte del país, a soldados de la fuerza de KFOR de la OTAN, durante unas protestas ante el Ayuntamiento.

EFE/EPA/GEORGI LICOVSKI

“Estados Unidos condena enérgicamente las acciones de los manifestantes hoy en Zvecan, incluido es uso de explosivos, contra las tropas de la KFOR que quieren mantener la paz. Reiteramos nuestro llamamiento al cese la violencia y las acciones que impulsanlas tensiones y promueven el conflicto”, indicó Hovenier en Twitter.

También Szunyog pidió “el cese inmediato de las violencia y la desescalada de las tensiones”.

Los serbios, minoría en Kosovo pero el grupo mayoritario en el norte del país, protestaron para exigir la salida del Ayuntamiento del nuevo alcalde, albanés, y de los policías especiales.

La KFOR intervino con gases lacrimógeno y bombas de aturdimiento cuando la muchedumbre se negó a permitir el paso de dos vehículos blindados de la policía especial kosovar que estaban bloqueados entre los manifestantes desde la mañana.

Belgrado acusó a la policía especial de Kosovo de disparar contra los manifestantes.

Más de 50 personas fueron atendidas en un hospital por dolencias causadas por intoxicación con gas lacrimógeno y por contusiones, tres de fueron hospitalizados y una persona sufrió heridas graves de bala y su vida está en peligro, informó el director del Centro Clínico de Mitrovica, Zlatan Elek, según la emisora N1.

La policía de Kosovo informó de que varios soldados de la KFOR fueron heridos, y que cinco manifestantes fueron detenidos.

Los serbios del norte de Kosovo no reconocen la autoridad de los nuevos alcaldes, elegidos el pasado abril en unos comicios en los que la participación fue de apenas el 3 % debido al boicot de los serbios, que son minoría en Kosovo pero gran mayoría en cuatro municipios del norte kosovar y denuncian discriminación por parte de Pristina.

Kosovo, antigua provincia serbia poblada por una gran mayoría de albaneses, proclamó en 2008 su independencia, que Serbia no reconoce.

Ambos países negocian la normalización de sus relaciones sobre un nuevo plan de la Unión Europea, apoyado por Estados Unidos, en un proceso interrumpido con frecuencia por el estallido de tensiones.

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