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Ciudad de México, 8 ene (EFE).- El académico cubano-mexicano Rafael Rojas calificó este sábado de insostenible llamar comunista al expresidente de Estados Unidos Barack Obama como hacen corrientes de la derecha republicana del país.

“Han puesto a circular esta visión maniquea en la que Obama es socialista y decir socialista es lo mismo que decir comunista. Ahí empieza la primera unificación insostenible; la mayoría de los socialismos del siglo XXI no son comunistas en el sentido del socialismo real de la Unión Soviética de la guerra fría”, aseguró.

Preguntado por Efe acerca de la polaridad en el exilio cubano, en el que una gran parte adora al expresidente republicano Donald Trump con la pretendida idea de que los demócratas son comunistas, el historiador señaló, con base en estudios, que el partido es ajeno a esa doctrina.

“El partido demócrata está lejos de ser un partido a favor del socialismo democrático, aunque hay sectores dentro del partido que se asumen como socialistas democráticos, pero cuando Trump y la derecha republicana extrema hablan de socialismo con los demócratas, incluyen a todo el partido”, aseveró.

En las elecciones de noviembre de 2020 en Estados Unidos, en las que el demócrata Joe Biden venció por 306 a 232 votos electorales a Trump, el expresidente republicano ganó el estado de Florida, en gran parte sostenido por la comunidad cubana, que lo prefirió, convencida de que la otra opción se acercaba al comunismo imperante en Cuba.

Rojas acaba de publicar su libro “El árbol de las revoluciones”, publicado por Turner, en el que analizó 10 revoluciones en América Latina en el siglo XX, entre ellas la cubana que llegó al poder en 1959, dirigida por Fidel Castro, y después giró al comunismo.

A pregunta de Efe, el historiador recordó que los líderes del exilio en la primera etapa eran figuras que participaron en la Revolución en distintos grados, como José Miró Cardona, Primer Ministro en los inicios de la Revolución, entre otros, quienes hablaban de la traición de Fidel Castro por haber adoptado el comunismo.

“Se hablaba de una Revolución sin Fidel desde el exilio; eso fue cambiando a partir de los años setenta y ochenta con la segunda generación cubana-americana, que adoptó una agenda anticomunista y anticastrista, apelando al embargo y a las sanciones a la isla”, indicó.

Según el escritor, esa transformación ha sido definitiva porque todavía las dinámicas del exilio se mueven entre las alternativas que quedaron planteadas desde las décadas de 1970 y 1980.

De la misma manera que gran parte de la comunidad cubana en Miami utiliza un lenguaje duro contra el proceso cubano, el Gobierno del presidente Miguel Díaz Canel califica de “gusanos” y al servicio del imperialismo a todo el que no está de acuerdo con el proceso, en una liga de conceptos en la que Revolución es igual a patria, a nación y a independencia.

Aunque en su libro retrata los procesos históricos y no emite juicios, Rojas sí diserta sobre la verborrea alrededor del concepto de Revolución y recuerda que a muchos golpes de Estado o de movimientos de derechas se les llamó Revolución, como sucedió con el dictador Fulgencio Batista con su golpe militar de 1952.

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