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Medellín (Colombia), 27 jul (EFE).- Deslumbrar una vez más en la pasarela de Colombiamoda y ver el impacto que su colección “Amazonas” causó en la gente le reafirmó al diseñador colombiano Diego Guarnizo que la tarea “se está haciendo bien” al conectar con el propósito que mueve su corazón y su espíritu creativo: “Hacer moda en Colombia, para Colombia y con Colombia”.

El diseñador colombiano Diego Guarnizo habla durante una entrevista con EFE en Medellín (Colombia). EFE/ Luis Eduardo Noriega A.

En una entrevista con EFE, el diseñador lamentó que la gente que hace moda en su país “siempre mira para afuera, quiere emular primavera-verano, otoño-invierno, Milán, París”, y aunque no lo ve mal porque de eso también se trata la “globalización”, sí espera que su gremio mire más hacia adentro y que desarrolle una industria “propia y real”.

El diseñador colombiano Diego Guarnizo habla durante una entrevista con EFE en Medellín (Colombia). EFE/ Luis Eduardo Noriega A.

“En Colombia, donde todavía estamos construyendo esta industria, me parece que el mío es un acto muy responsable y honesto en términos visibilizar realmente lo que nosotros tenemos. Es muy poderoso. Este país ha sufrido mucho, pero a pesar de toda la violencia, el narcotráfico, la corrupción, de todos los dolores, los colombianos seguimos sonriendo”, expresó Guarnizo.

ROPA QUE HABLE

Más allá de los aplausos recibidos por prendas como el vestido pirarucú (en referencia a un pez amazónico), el abrigo heliconia (una planta tropical) y la chaqueta jaguar durante el desfile de la noche del miércoles, inspirado en la selva amazónica, a Guarnizo lo llena haber puesto sobre la mesa un mensaje de conservación en un ejercicio de moda con contenido, origen, y voz que hizo mirar hacia el pulmón del planeta.

“La ropa habla. Yo quiero que todos volvamos la ropa un manifiesto de moda; que la ropa diga algo superior al ser”, declaró Guarnizo.

Se percibe como un “líder inspirador” que cuenta historias conscientes a través de sus prendas, como pasó con “Feliza”, una colección que hizo voltear a ver al Pacífico colombiano para llenar de lecciones y aprender: “El respeto a la raza negra, sobre todo por la mujer negra, que es maltratada a todo nivel”.

Con su colección “Alegría”, inspirada en el Caribe colombiano, especialmente en Cartagena, rindió un homenaje a las mujeres que hacen el dulce típico alegría, y después se sumergió en “Magdalena” para darle su lugar “al río de vida de Colombia”, que ha alimentado al país y que hoy “está convertido en un cementerio”.

“Tengo que ser consecuente con mi país, tengo que ser muy responsable con la industria”, remarcó el diseñador tras evocar sus colecciones memorables, con las que invita a hacer una industria colombiana “propia y real, no mentirosa ni frívola”.

En ese afán por trabajar en casa, incluso, despertó máquinas que llevaban años apagadas en Bogotá para empezar a hacer bordados en hilo con la técnica guipur, “que estaban olvidados”. Con la ayuda de un emprendedor fabricó los miles de letines (encajes) que necesita para su colección.

LA ARTESANÍA Y EL PODER DE LA SELVA

Para él, “todavía ningún diseñador puede decir que construimos piezas de lujo. En Colombia todavía no hacemos lujo”.

“El único lujo de verdad” se llama “artesanía nacional”, esa que estuvo muy presente en sus creaciones en “Amazonía”, con el aporte de comunidades indígenas que además de ser “tan sabias”, sobreviven de una manera “extraordinaria” utilizando fibras como el cumare y la calceta de plátano porque “la selva es poderosa”.

“Solo basta con mirar la historia de los niños indígenas rescatados; la misma selva los protegió y los alimentó”, argumentó respecto a la historia de los cuatro hermanos que sobrevivieron 40 días en la selva después de un accidente aéreo, y agregó “cómo no rendirle homenaje y ponerle voz de mujer a Amazonas”.

Además, ser un “guardián” del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, en Colombia, considerado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Unesco, lo hizo levantar su voz este año por la Amazonía al ver la deforestación y el daño a los ecosistemas.

“Los mismos miembros de la industria subestimamos el poder de la moda porque no creemos y el ego nos gana”, reflexionó Guarnizo, por ello su aspiración es que quien compre una prenda de “Amazonas” tenga “clarísimo” que somos culpables de la destrucción del planeta y “empiece a hacer algo, así sea pequeño”.

Jeimmy Paola Sierra

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