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El movimiento para que se prohíban los vientres de alquilerse internacionaliza. La Red Estatal contra el Alquiler de Vientres (Recav) ha promocionado en otros países el manifiesto que divulgaron la semana pasada y ya cuentan con el apoyo de organizaciones de otros 16 países (Estados Unidos, Francia, Suecia, Italia, Reino Unido, Bélgica, Alemania, Holanda, Canadá, Australia, México, Argentina, República Dominicana, India, Tailandia y Camboya), una lista que esperan que se amplíe.

Miyares reconoce que el caso de Kiev, con una investigación por un posible tráfico de bebés que dificultó que 45 familias españolas registraran como suyos a los hijos gestados por este sistema, fue el impulso determinante que necesitaban para actuar en España e internacionalmente. “No es un problema de país, afecta a todos”, señala.

Las organizaciones firmantes del manifiesto niegan que se pueda hablar de una gestante sin motivaciones económicas. “El altruismo no existe porque se trata de una práctica que exige la firma previa de un contrato, la renuncia a derechos fundamentales y que establece compensaciones económicas”, afirma.

Esta figura es clave, por ejemplo, en la regulación que propuso para España Ciudadanos, que pedía que se permitiera el alquiler de vientres si era de forma altruista. Las dudas sobre que eso sea posible están, por el contrario, en la base del informe que el Comité de Bioética que asesora al Ministerio de Sanidad emitió en mayo del año pasado y que concluía que había que prohibir la práctica en todo el mundo.

El manifiesto de Recav, que se ha convertido en internacional, recoge este posicionamiento y destaca, además, la necesidad de actuar contra las agencias privadas internacionales que promocionan esta práctica, prohibiendo que se publiciten.

 

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