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La Haya, 12 ene (EFE).- El Museo Van Gogh de Ámsterdam ha comprado cuatro grabados de la pintora estadounidense Mary Cassatt (1844-1926), de la primera generación de impresionistas y contemporánea del neerlandés Vincent van Gogh, que se exhibirán en una pared dedicada a la colección permanente de la pinacoteca.

Una mujer observa uno de los cuatro grabados de la pintora estadounidense Mary Cassatt (1844-1926). EFE/ Imane Rachidi

Se trata de tres grandes aguafuertes en color y una singular litografía en negro, y estas adquisiciones se consideran aspectos destacados de la obra de Cassatt, que “se adelantó mucho a su tiempo”, puesto que su decisión de utilizar grabados en color fue “atrevida” y estuvo muy involucrada en el proceso de producción, que “es complejo y laborioso”, según informó el museo.

Los cuatro grabados de la pintora estadounidense Mary Cassatt (1844-1926). EFE/ Imane Rachidi

Los cuatro grabados se encuentran en “excelentes condiciones” y son algunas de las mejores obras gráficas producidas por la artista en “fin de siècle” (últimos años del siglo XIX).

La pieza “En el teatro” (1880) es uno de los primeros experimentos de Cassatt con la litografía y muestra a una mujer en un palco mirando el auditorio a través de unos prismáticos, mientras el resto del público la observa a ella.

Las otras tres, “The Fitting” (Ajustes), “The Letter” (La misiva) y “Woman Bathing” (Mujer bañándose), que corresponden al 1890-91, son parte de una serie de grabados de diez piezas con la que Cassatt “se aseguró su nombre como artista/grabadora” y se inspiró para ello en los coloridos grabados en madera japoneses que se exhibieron en París en esa época, añadió el Museo Van Gogh.

“Cassatt exploró los rituales cotidianos íntimos de una mujer de clase media alta, un mundo protegido al que ella, como mujer, tenía acceso. En 1891, la decisión de producir grabados en color fue cuando menos atrevida: era una técnica compleja y laboriosa que los artistas solían subcontratar, pero Cassatt participó en todo el proceso”, dice el Van Gogh.

Pasó meses trabajando junto al maestro impresor Leroy en el grabado, “el acabado, el entintado y la impresión de sus escenas en colores muy sutiles y vivos”.

El museo añade que la artista, que pasó gran parte de su vida adulta en Francia, diseñó e imprimió ella misma la mayoría de los grabados, y con sus pinturas y dibujos impresionistas “fue una fuerza innovadora en el mundo artístico parisino de finales del siglo XIX”, a pesar de que, en un principio, la pintora era escéptica hacia el grabado, lo que cambió en 1879.

“Quisimos adquirir grabados importantes como estos durante muchos años y estamos encantados de poder añadirlos ahora a nuestra colección”, celebró la directora del museo, Emilie Gordenker.

Los nuevos grabados se exhibirán en una pared dedicada a la colección permanente, cuando el museo pueda volver a abrir sus puertas, puesto que toda la actividad no esencial se encuentra cerrada en Países Bajos hasta al menos el 14 de enero por las altas cifras de contagios.

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