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Buenos Aires, 28 mar (EFE).- El mandatario argentino, Alberto Fernández, repudió este lunes la aparición de carteles en la calle con “insultos” y “acusaciones” en contra de la vicepresidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, en medio de fuertes tensiones en la coalición gubernamental por el acuerdo con el FMI.

La portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, publicó un mensaje en su perfil de Twitter condenando “terminantemente” la utilización de la imagen de la vicepresidenta para proferir insultos y acusaciones en su contra, un tuit del que se hizo eco posteriormente el jefe de Estado.

“Como dije ayer, muchos se empeñan en dividirnos y recurren a las mayores bajezas. Lamento el daño que causan a personas de bien. Sepan que viéndolos actuar, solo me comprometen más con la unidad del Frente de Todos (la coalición de gobierno)”, manifestó en la misma red social el mandatario, quien ya inició los trámites para encontrar “inmediatamente” a los autores de estos hechos.

El presidente reconoció este domingo, en una entrevista televisiva, que lleva desde el 10 de marzo sin hablar personalmente con la vicepresidenta, después de que el despacho de esta última en el Senado fuera apedreado por un grupo de manifestantes que protestaba en contra del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En ese sentido, aunque existen “diferencias” en la coalición oficialista, Alberto Fernández subrayó que “hay una clara vocación de que esto no se rompa”.

“Si hablo con Cristina, es que hablo mucho con Cristina y Cristina me impone cosas; si no hablo con Cristina, el problema es que no hablo con Cristina. Esos son temas que nosotros sabremos resolver, estoy seguro de que nadie acá quiere romper nada”, aseveró el mandatario en el programa ‘Desiguales’, de la Televisión Pública de Argentina.

“Yo no voy a hacer absolutamente nada para que el Frente de Todos se quiebre. Voy a hacer todo lo que se tenga que hacer para que sigamos trabajando juntos, porque eso debe ser así”, agregó.

DISCREPANCIAS EN TORNO AL FMI

El Parlamento argentino aprobó hace dos semanas un nuevo entendimiento con el FMI, que, tras recibir el aval del Directorio del organismo, permitirá refinanciar deudas por más de 44.000 millones de dólares e implicará aplicar políticas fiscales y monetarias con el objetivo de reducir los desequilibrios macroeconómicos del país.

La Cámara Alta aprobó el proyecto de ley que incluye este acuerdo con 56 votos a favor, 13 en contra y 3 abstenciones, en una votación que evidenció las diferencias en el seno del oficialismo, con varios senadores del Frente de Todos manifestando su oposición al nuevo programa con el FMI.

El sector oficialista más contrario al nuevo acuerdo con el organismo multilateral es el “kirchnerismo”, la facción del peronismo liderada por la vicepresidenta del país, quien se mostró muy crítica con las políticas de ajuste sugeridas por el organismo multilateral.

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