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Quito, 15 may (EFE).- El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se defenderá mañana de la acusación de presunto peculado, durante el inicio de un juicio político de censura en la Asamblea Nacional (Parlamento), donde la oposición salió fortalecida el pasado domingo con la designación de las principales autoridades de la Cámara.

La sesión comenzará a las 10.00 hora local (15.00 GMT), en el Parlamento, dos días después de que se renovaran sus autoridades, quedando la mayoría de altos cargos en manos de la oposición.

Con 96 votos, el independiente Virgilio Saquicela fue reelegido como titular del Parlamento con el voto duro del movimiento opositor Unión por la Esperanza, del expresidente Rafael Correa (2007-2017) y del también opositor Partido Social Cristiano (PSC), entre otros.

Si llega a trasladarse la misma votación captada por Saquicela al juicio político, la suerte de Lasso estaría echada pues su destitución requiere 92 votos.

Para el analista político César Ulloa, el apoyo a Saquicela no implica necesariamente la votación por el juicio, “porque si eso llegaría a suceder, el Presidente activaría la ‘muerte cruzada'”, dijo en referencia a la posibilidad del jefe de Estado de disolver el Parlamento y gobernar por decreto mientras se concretan nuevas elecciones generales.

Saquicela cree que no existen las causales para aplicar esa figura, pues “no se pueden amparar, ante la existencia de un juicio político, en esa figura en términos generales”.

De su lado, la legisladora Yeseña Guamaní, designada el domingo como tercera vocal del Consejo de Administración Legislativa, opinó que la “votación aplastante” de ayer en la Asamblea “puede ser una referencia pero no una definición para el juicio” de Lasso.

PROCESO DE JUICIO

Según la oposición, Lasso incurrió en un supuesto peculado al tener conocimiento de presuntas irregularidades en un contrato firmado por la empresa estatal Flota Petrolera del Ecuador (Flopec) y la firma privada Amazonas Tanker y no haber actuado para evitar mayores perjuicios para el Estado.

En cambio, la defensa del presidente sostiene que los contratos fueron firmados bajo la anterior administración del expresidente Lenín Moreno (2017-2021) y que bajo el mandato de Lasso se pidió una revisión a la Contraloría (Tribunal de Cuentas) para renovarlos bajo las condiciones y observaciones realizadas por ese organismo.

El pasado martes, con 88 votos a favor, 23 en contra y 5 abstenciones, el Legislativo aprobó entrar en la última fase del juicio, en la que habrá la interpelación a Lasso.

Mañana intervendrán los dos legisladores designados como interpelantes, antes de dar paso a la participación de Lasso.

“Habrá derecho a la réplica y posteriormente se abrirá el debate, que será el que determine el destino del jefe de Estado respecto a la sanción o no”, dijo Saquicela al anotar que se procederá a la votación luego de 72 horas de terminado el mencionado debate.

POSIBLES ESCENARIOS

En una entrevista con EFE, Ulloa opinó que hay tres escenarios posibles en la actual coyuntura, uno de los cuales tiene que ver con la permanencia de los asambleístas y de Lasso en sus cargos.

Si ello ocurre, Lasso debe cambiar de “forma íntegra” el equipo social y reforzar la política de seguridad para avanzar los dos años que le faltan de Gobierno, consideró.

Otro escenario lo perfila con la posibilidad de que Lasso no logre revertir la actual mayoría opositora en la Asamblea hasta el último día de negociaciones y llame a la “muerte cruzada”.

Finalmente, especula que si Lasso es destituido, Alfredo Borrero, (actual vicepresidente), podría sustituirlo, como determina la ley, “lo que no quiere decir que Borrero no destituya a la Asamblea, pues también él puede aplicar ‘muerte cruzada'”.

Si Borrero asume el cargo, debe enviar una terna a la Asamblea con tres nombres para designar al nuevo vicepresidente.

El escenario con “menos costo político es que el presidente no sea destituido porque el país puede, de alguna manera, mantener cierta estabilidad”, dijo el analista.

Pero, si es destituido, “sube el riesgo país, cerrados los multilaterales de crédito, incertidumbre total”, señaló Ulloa quien cree que actualmente la situación política de Ecuador es “inviable” porque “nadie tiene clara la orientación hacia dónde nos dirigimos”.

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