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Nueva York, 27 may (EFE).- El sistema público de alquiler de bicicletas de Nueva York, Citi Bike, cumple este sábado diez años, una década en la que ha cambiado por completo las calles de la ciudad y se ha convertido en un medio de transporte indispensable para decenas de miles de personas.

Mucho más abundantes ya que los icónicos taxis amarillos, las bicis azules de Citi Bike se han afianzado en el paisaje urbano de la Gran Manzana y han disparado el uso de las dos ruedas en una ciudad conocida por sus atascos y su envejecido y abarrotado metro.

Citi Bike -el nombre procede del patrocinio del banco Citigroup- se puso en marcha el 27 de mayo de 2013 con unas 6.000 bicicletas y 330 estaciones, limitadas a la mitad sur de la isla de Manhattan y algunas partes de Brooklyn.

Hoy, el sistema cuenta con más de 25.000 bicicletas -6.000 de ellas eléctricas- y cerca de 2.000 estaciones repartidas por la mayor parte de la ciudad e incluso en poblaciones de la vecina Nueva Jersey.

Su uso, además, no deja de crecer: la semana del 7 de mayo registró un nuevo récord de viajes, con más de 867.000 en siete días.

De su mano, el uso de la bicicleta se ha generalizado en Nueva York, donde según algunos cálculos más de medio millón de personas las utilizan a diario para sus desplazamientos.

Sin embargo, los inicios de Citi Bike fueron complicados, con retrasos en su lanzamiento y un uso por debajo de lo esperado en sus primeros años, una época en la que muchos aún veían el circular en bicicleta por las calles de la Gran Manzana como un deporte de riesgo extremo.

En 2018, la plataforma tecnológica de transportes Lyft se hizo cargo del sistema y aportó una millonaria inversión que ayudó a Citi Bike a seguir creciendo y, poco a poco, ganar popularidad aprovechando los recurrentes problemas de la red de transporte público.

La pandemia dio el espaldarazo definitivo a la bicicleta en una ciudad que, para entonces, ya estaba mucho más habituada a los ciclistas y donde los bicicarriles se habían multiplicado.

Mientras, las previsiones de algunos analistas, que en 2013 vaticinaban una explosión del número de muertos en accidentes de bicicleta como resultado de Citi Bike, nunca se materializaron y, de hecho, la media anual de fallecimientos desde entonces es inferior a la de 2012 a pesar del uso mucho más generalizado.

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