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Madrid, 8 jun (EFE).- El precio medio de la vivienda subió un 8,5 % en el primer trimestre del año en España respecto al mismo periodo de 2021, lo que supone el mayor aumento desde septiembre de 2007, cuando la burbuja inmobiliaria alcanzó su punto máximo.

La construcción nueva se encareció un 10,4 % y la de segunda mano, la usada, un 8,2 %, según los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que reflejan 32 trimestres consecutivos de precios al alza.

Los principales portales inmobiliarios explican que estos aumentos de precio se deben al ‘boom’ por comprar que surgió hace un año a raíz de la pandemia de la covid, sin que el mercado haya tenido tiempo de absorber tanta demanda.

A diferencia de los tiempos de la burbuja inmobiliaria de hace quince años, que desembocó en una crisis económica, ahora no hay exceso de producto, sino escasez de ‘stock’, señalan en el sector.

Los precios de la vivienda usada no subían tanto desde junio de 2007, mientras que los de obra nueva registran su mayor aumento desde el primer trimestre de 2019, un año antes de declararse la pandemia.

Respecto al trimestre anterior (octubre-diciembre de 2021), la vivienda se encareció un 2,6 % de media: un 3,2 % la de obra nueva y un 2,4 % la usada.

Según el INE, los precios no subían tanto en tasa trimestral en casi cuatro años (desde el segundo trimestre de 2018).

ADELANTARSE A UNOS CRÉDITOS HIPOTECARIOS MÁS CAROS

La portavoz del portal Fotocasa, María Matos, afirmó que “los ciudadanos han comprado tantas viviendas en un periodo de tiempo tan corto, batiendo récords desde 2007, que el mercado se ha quedado prácticamente vacío”.

Además, el encarecimiento de los materiales de construcción por la guerra de Ucrania ralentiza la oferta de obra nueva, que está “tardando mucho más de lo habitual”, según Matos, y esto aumenta el desequilibrio y mantiene los precios al alza.

No obstante, los expertos prevén que la inminente subida de tipos por parte del Banco Central Europeo para controlar la inflación enfríe el mercado y ralentice la actividad económica, lo que también moderaría la demanda de vivienda.

Y ello porque las condiciones de los crédito hipotecarios serían menos atractivas, y a partir de ahí los precios tenderían a estabilizarse, si la caída de la demanda es suficiente para que el mercado pueda absorberla.

En declaraciones a Efe, Francisco Iñareta, portavoz del portal Idealista, explica que el previsible encarecimiento de la financiación hipotecaria dentro de unos meses también ha provocado que se adelanten muchas operaciones de compra venta.

“Una vez que el encarecimiento de la financiación se consolide dentro de unos meses y la inflación estreche el margen de endeudamiento de muchas familias, este apetito comprador se estabilizará -augura-, reduciendo el número de operaciones y relajando la tensión en los precios”.

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