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Después de visitar la soledad del espacio, Alfonso Cuarón se ha atrevido con su infancia. El director fija la memoria en el pasado, blanco y negro en tecnicolor incluidos, en Roma. La anticipada película del oscarizado realizador de Gravityse estrena hoy en la competición oficial del 75º Festival de Venecia. Entre las 21 cintas que buscan el León de Oro se encuentra también Nuestro tiempo, la quinta película de Carlos Reygadas, quien se pone frente a la cámara por primera vez para actuar junto a su esposa y dos hijos. Ambos directores forman parte de la representación mexicana en el festival italiano, cuyo jurado estará presidido por Guillermo Del Toro, otro director con oscar.

Recuerdos de infancia

Este proceso se convirtió en un dolor de cabeza para muchos. Eugenio Caballero, el multipremiado diseñador de arte, se encargó de recrear frente a la cámara el México de principios de los setenta que sobrevivía en la memoria del director de Hijos de los hombres. “Lo que hicimos fue hablar mucho de listas específicas que se tenían”, contaba Caballero en enero de este año en una conferencia con estudiantes de la escuela de cine donde se formó Cuarón. El diseñador solo conoció la historia completa cuando había iniciado el rodaje y con los decorados terminados.

Las listas específicas a las que se refiere Caballero eran en realidad recuerdos de la infancia de los Cuarón. Roma, que hace referencia a un céntrico barrio de Ciudad de México, cuenta la historia de una familia de clase media de la capital mexicana antes de la matanza del jueves de Corpus, de junio de 1971, y que significó un nuevo coletazo autoritario del sistema hegemónico tras la represión estudiantil de 1968. “El 80% nace de mi memoria, de eventos que yo viví”, según el realizador.

Para revivir esos días, Cuarón hizo construir una réplica de su casa de infancia. Para llenarla, los muebles fueron traídos de cinco Estados. Cuarón afirmó en una reunión con periodistas que sus hermanos tardaron varios minutos en reconocer que quienes posaban en sus ropas de infancia en una vieja fotografía no eran ellos sino los actores.

Este esfuerzo no solo se ha replicado para revivir espacios de la vida privada de los Cuarón. Roma también retrata la Ciudad de México como era entonces, lo que hoy es una osadía para una urbe que ha cambiado radicalmente tras los terremotos de septiembre de 1985 y 2017. Y lo hace con tomas abiertas, evitando los trucos de producciones más pequeñas. Un plano secuencia sobre la avenida Insurgentes, la más larga de México, muestra el cine América y decenas de comercios que hoy solo persisten en fotografías. El cineasta ha tomado los avances técnicos de las grandes superproducciones para revivir la capital de su infancia. Roma le ha llevado el doble de tiempo que Gravity.

Sin salir de México, la apuesta personal de Carlos Reygadas consiste, en su caso, en protagonizar Nuestro Tiempo después de mostrarse insatisfecho con el registro de los actores con los que había comenzado a ensayar e incluso a rodar. Lo acompañan Natalia López, su esposa, y repiten sus hijos Rut y Elezar, quienes aparecían en Post Tenbras Lux, la película que le valió el premio a mejor dirección en el Festival de Cannes de 2012.

Nuestro tiempo es su vuelta al cine tras aquella provocadora reflexión de su vida en familia. Reygadas se enfoca esta vez en su matrimonio a través de un personaje llamado Juan quien cría ganado en un rancho de toros de lidia en Tlaxcala.

La felicidad de la familia se ve interrumpida por la infidelidad de Ester (Natalia López), quien vive una aventura con un vaquero estadounidense. Durante cerca de tres horas la pareja explora sus límites en un esfuerzo por mantener una relación abierta. “¿Puede salir una pareja de una situación así sin sufrir un daño irreparable?”, se pregunta Reygadas, que trata la posesión, la lealtad y la fidelidad en las relaciones modernas. Quienes lo conocen íntimamente afirman que el guion de Nuestro tiempo toma más de la vida de su director de lo que Reygadas y su equipo están dispuestos a admitir.

 

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