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OTTAWA, 20 ABRIL.- El ministro de Inmigración de Canadá, Marc Miller, confirmó que el gobierno federal utilizará cárceles federales para detener a extranjeros relacionados con casos de inmigración. Estas personas estarán separadas de la población reclusa general y no serán tratadas como delincuentes, según explicó Miller. Esta medida ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y figuras políticas prominentes, quienes consideran que encarcelar a personas por motivos de inmigración viola sus derechos fundamentales y el derecho internacional.

Lloyd Axworthy, ex ministro federal de Relaciones Exteriores y presidente del Consejo Mundial para los Refugiados y la Migración, expresó su sensación de traición ante esta decisión. Allan Rock, ex ministro federal de Justicia y miembro de la misma organización, afirmó que esta medida es incoherente con los valores canadienses y traiciona la idea de Canadá como un refugio para los necesitados.

Sin embargo, el ministro Miller argumentó que el gobierno federal no tiene otra opción, ya que las provincias se han negado a encarcelar a inmigrantes en sus cárceles en nombre del gobierno federal. Según él, los extranjeros detenidos son personas de alto riesgo, con problemas de salud mental y enfrentan una orden de deportación. El gobierno busca tratarlos con respeto y dignidad mientras los mantiene en un lugar seguro para proteger a los canadienses.

Actualmente, Canadá cuenta con tres centros de detención de inmigrantes en Laval (Quebec), Toronto (Ontario) y Surrey (Columbia Británica). Ante el aumento esperado de llegadas de extranjeros, el gobierno planea proporcionar infraestructura adicional, aunque no se han dado detalles sobre plazos, tipos de viviendas o centros penitenciarios específicos que albergarán a estas personas.

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