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Nairobi, 3 may (EFE).- El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, exigió este miércoles un acceso humanitario “seguro” y “sin obstáculos” en Sudán, envuelto en un conflicto entre el Ejército y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) desde el pasado 15 de abril.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante una rueda de prensa este miércoles en Nairobi. EFE/EPA/Daniel Irungu

“Los sudaneses se están enfrentando a una catástrofe humanitaria. Hospitales destrozados, almacenes humanitarios saqueados, millones enfrentándose a inseguridad alimentaria”, lamentó hoy Guterres durante una rueda de prensa en la sede de la ONU en Nairobi.

“La ayuda humanitaria necesita acceso seguro y sin obstáculos” de manera inmediata, subrayó el secretario general de la ONU, al señalar que la situación actual en Sudán es “totalmente inaceptable”.

Guterres, que viajó a Nairobi para participar en una reunión de la ONU y tiene previsto reunirse con el presidente de Kenia, William Ruto, dijo que la situación en Sudán es “profundamente preocupante porque empeora cada día”.

“Los combates tienen que parar ahora, antes de que más gente muera y el conflicto explote en una guerra total que podría afectar a la región en los próximos años”, afirmó el diplomático portugués.

Guterres alertó del riesgo de “propagación” de la violencia a países vecinos que están atravesando sus propios procesos de paz, como Chad, donde operan decenas de grupos rebeldes y cuyo diálogo nacional debe ser ahora “apoyado enormemente”.

Asimismo, según el secretario general de Naciones Unidas, otros países de la región, aunque no atraviesan estos procesos de transición, podrían también sufrir “un impacto negativo del conflicto en Sudán, específicamente si hay un flujo de salida de población masivo”.

Guterres hizo esta advertencia después de que la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) anunciara este martes que estima que hasta 800.000 civiles pueden escapar de Sudán y buscar protección en algún país vecino en las próximas semanas, después de que más de 100.000 se hayan visto ya forzadas a huir.

El jefe de Naciones Unidas explicó hoy que el estallido del conflicto “tomó por sorpresa” tanto a la ONU como a la comunidad internacional, que estaba “esperanzada” con las negociaciones que se estaban desarrollando en el país para lograr un gobierno civil.

“En la medida en que ni nosotros ni muchos otros esperábamos que esto sucediera podemos decir que fallamos a la hora de evitarlo, pero no creo que haya nada que deberíamos haber hecho que no hicimos (…) porque, como dije, estábamos plenamente convencidos de que no pasaría”, argumentó.

Guterres hizo estas declaraciones tras la llegada hoy a Sudán del jefe humanitario de la ONU, Martin Griffith, que espera reunirse con los máximos líderes de las facciones armadas enfrentadas para obtener de ellos garantías de que la ayuda humanitaria puede transportarse y entregarse a la población en condiciones seguras.

Por el momento, la distribución es muy difícil debido al alto riesgo que los desplazamientos dentro del país implican, por lo que los cargamentos humanitarios recibidos en Puerto Sudán no han podido llegar aún a lugares como Darfur o la capital, Jartum, donde los combates han sido intensos y con los civiles en medio.

“Los civiles y las infraestructuras civiles deben ser protegidas y los trabajadores humanitarios y el equipamiento humanitario deben ser respetados”, zanjó el secretario general.

Se desconoce el número exacto de las víctimas militares y civiles de los combates, que no han cesado pese a las consecutivas treguas de 72 horas -la última de las cuales termina hoy-, si bien el Ministerio de Salud sudanés afirma que al menos 550 civiles han muerto y 4.926 han resultado heridos.

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