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Berlín, 31 mar (EFE).– La ciudad de Hamburgo (norte del país) ha sido la última estación de la visita a Alemania del rey Carlos III de Inglaterra y la reina consorte Camila, la primera que hace el extranjero como monarca y en la que ha repasado luces y sombras de las relaciones entre los dos países.

El monarca también tendió un puente hacia el futuro, con un recorrido en barco por el puerto de Hamburgo para conocer de primera mano los esfuerzos por lograr la neutralidad climática con el uso de nuevas tecnologías.

Carlos y Camila llegaron en tren desde Berlín y fueron recibidos con júbilo en la estación por ciudadanos que no se dejaron intimidar por la lluvia que caía sobre la ciudad hanseática.

A su llegada a Hamburgo, Carlos III y su esposa visitaron un monumento que está al lado de la estación dedicado a los más de 10.000 niños, en su mayoría judíos, que dejaron Alemania, en dirección al Reino Unido, entre 1938 y 1939 antes del comienzo de la I Guerra Mundial con lo que se salvaron de la persecución nazi.

La reina consorte Camila y la esposa del presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, Elke Büdenbender, depositaron una ofrenda floral.

El monumento está compuesto por un grupo de esculturas y muestra a dos niños que se despiden mientras que una mujer y otros cuatro niños se quedan atrás.

En 2006 Carlos, entonces príncipe de Gales, inauguró en la ciudad inglesa de Liverpool un monumento a la llegada de los niños al Reino Unido.

Luego se celebró otra ceremonia conmemorativa en el monumento situado al lado de la iglesia de San Nicolás, un memorial que recuerda a las víctimas de los bombardeos aliados.

En ese lugar se recuerda a las víctimas de la conocida como Operación Gomorra, una serie de ataques aéreos de las aviaciones británica y estadounidense que sucedieron en 1943 y que causaron la completa destrucción de la iglesia.

En la ceremonia, además de una ofrenda floral, la obispa protestante recitó la llamada Letanía de Coventry, en recuerdo de los muertos por bombardeos de la aviación nazi en esa ciudad británica en 1940.

Después, Carlos III y Camila se dirigieron al ayuntamiento de Hamburgo y saludaron a ciudadanos en la plaza vecina antes de entrar al edificio para firmar en el libro de visitantes ilustres de la ciudad.

Después el rey de Inglaterra hizo el recorrido en barco por el puerto de Hamburgo, en compañía de representantes de empresas dedicadas a las tecnologías limpias.

Mientras tanto la reina consorte Camilla visitó un colegio de primaria bilingüe y les leyó a los niños pasajes de un libro que, según dijo, es el preferido de los hijos de su hijastro, el príncipe Guillermo, heredero de la Corona británica.

La visita terminó en un bar situado al lado del Elba, “Schuppen 52”, inaugurado en tiempos del Imperio alemán y que está declarado monumento histórico.

Allí tocaron varios grupos musicales, alemanes y británicos, y entre ellos uno que están dedicado a interpretar canciones de Los Beatles con lo que se recordaba que el legendario cuarteto de Liverpool había empezado su carrera tocando en los bares de la ciudad alemana.

Allí Carlos III saludó a la banda “Lord of Lost” que representará este año a Alemania en el festival de Eurovisión que se celebrará en Liverpool.

De allí Carlos y Camila se desplazaron al aeropuerto de Hamburgo desde donde volaron de regreso al Reino Unido.

Durante su visita a Alemania, Carlos III pronunció ayer, jueves, el primer discurso de un rey ante el Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán.

En su alocución, Carlos III lanzó un mensaje de acercamiento del Reino Unido al bloque comunitario y aprovechó para aludir a la situación crítica que supone para Europa la guerra en Ucrania y destacar sus intereses en los esfuerzos por combatir las consecuencias del cambio climático.

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