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Roma, 5 jun (EFE).- El Milan homenajeó a Zlatan Ibrahimovic, que dejará el fútbol. El delantero sueco se marcha tras una campaña en la que se ha vestido de corto solo en cuatro ocasiones por una lesión de rodilla, pero su papel en el club milanista en esta segunda etapa siempre fue más allá de lo futbolístico.

Esta vez Ibra no pudo mantener el personaje y se derrumbó. Un mar de lágrimas inundó su ojos cuando tomó el micrófono para despedirse de los suyos, unas últimas palabras sentidas ante su afición y compañeros, que se engalanaron para la ocasión con una camiseta que portaba su nombre y le hicieron un pasillo en San Siro para despedirle con honores.

“Ha llegado el momento de decir adiós al fútbol, no a vosotros. Me habéis recibido con los brazos abiertos, seré milanista el resto de mi vida”, dijo desde el centro del campo de San Siro, cuando se despidió de afición y compañeros.

“La primera vez que estuve en el Milan me distéis alegría, la segunda vez me distéis amor. Agradezco a mi familia por su paciencia, luego a la segunda familia o a los jugadores y al entrenador con su cuerpo técnico. Gracias también a los directivos por la oportunidad que me han brindado. También les agradezco a los aficionados desde el fondo de mi corazón que me han recibido con los brazos abiertos. Seré un fanático del Milán de por vida”, añadió.

El sueco se retira del fútbol tras 988 partidos y 573 goles repartidos en todos los clubes que ha estado y su selección.

Ibra, que cumplirá 42 años en octubre, deja el Milan como un auténtico mito y tras un temporada alejado de los focos, pero en la que su papel de figura trascendental en el vestuario fue impecable. Siempre respetado, tanto por jugadores como por cuerpo técnico, lideró la histórica temporada pasada, la 2021-22, al campeón del ‘Scudetto’ hasta lo más alto tras 13 años sin conseguir el título.

“Su rol siempre ha sido el de un gran motivador y un gran jugador, espero que pueda seguir siéndolo”, dijo su entrenador, el italiano Stefano Pioli, el pasado 10 de febrero, en la que fue su primera convocatoria de la temporada.

Y es que antes de esa jornada ante el Torino, en el que ni siquiera jugó, Ibra estuvo recuperándose de la operación a la que se sometió de su rodilla a finales de la pasada campaña.

El ariete sueco disputó el pasado 22 de mayo de 2022, contra el Sassuolo, el último partido de la temporada 2021-22 que coronó al Milan campeón del ‘Scudetto’ 13 años después de su última conquista.

Tres días después de ese partido, Ibra pasó por quirófano para operarse de la rodilla izquierda, una intervención que le ha apartado de los terrenos de juego durante ocho meses.

No debutó en la presente temporada hasta el 26 de febrero contra el Atalanta. Cuatro partidos de liga seguidos y uno con Suecia fueron suficientes para que se diera cuenta de que no estaba todavía al cien por cien recuperado, por lo que volvió a parar hasta final de temporada.

Una campaña en la que, pese a lo complicado del reto, consiguió un nuevo récord. Lo rubricó habiendo jugado solo cuatro partidos y 126 minutos con la camiseta rojinegra, que se dice pronto. El pasado 18 de marzo, con 41 años y 166 días, Ibra marcó de penalti, en el segundo intento y ante el Udinese, convirtiéndose así en el jugador de más edad en anotar en la Serie A tras superar a Alessandro Costacurta.

Aunque el récord seguro le deja un buen sabor de boca, no ha dejado de ser una temporada muy difícil para el internacional, que ha tenido que ver desde el banquillo cómo su equipo llegaba a unas semifinales de Liga de Campeones y las perdía ante el Inter, el máximo rival, en lo que hubiera sido un precioso reencuentro con una afición que un día le animó.

En su despedida en San Siro recordó sus dos etapas. La primera comenzó hace ya 13 años, allá por 2010, cuando militó durante dos años antes de irse al PSG. La segunda, con la que cuelga las botas, desde 2020 y hasta este 2023, en el que un estadio completamente lleno, con unos 70.000 aficionados, despidió a una de sus leyendas.

El sueco deja unas cifras de 93 goles y 35 asistencias sumando sus 116 partidos en dos etapas y 988 partidos en los que marcó 573 goles repartidos en todos los clubes que ha estado y su selección, pero un legado mucho mayor en el que también se incluyen dos ‘Scudetti’ y una Supercopa de Italia.

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