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Nueva York, 16 mar (EFE).- La comunidad inmigrante de Nueva York tomó este martes las calles de la Gran Manzana con una marcha que, tras recorrer 241 kilómetros, les llevará hasta la capital del estado donde luchan para que el nuevo presupuesto estatal incluya tres mil millones de dólares en ayudas para trabajadores indocumentados que aún luchan por recuperarse de los estragos de la pandemia, que llevó a muchos a perder sus empleos.

Con mucho ánimo y gritando “sí se puede” y “excluidos nunca más” trabajadoras de limpieza, de construcción, de restaurantes, vendedores ambulantes y de entrega de comida, entre otros considerados esenciales durante la pandemia, salieron hacia Albany, sede del Gobierno, donde se discute el proyecto de presupuesto para el nuevo año fiscal, que debe quedar aprobado el 1 de abril.

Los inmigrantes buscan repetir la victoria de hace un año cuando, tras protagonizar una huelga de hambre por 23 días, la legislatura estatal aprobó 2.100 millones de dólares para el Fondo de Trabajadores Excluidos, el más grande de la nación, que benefició a trabajadores que por su estatus legal no habían recibido la ayuda económica del Congreso por la pandemia ni el subsidio por desempleo.

Aquellos fondos, que llegaron a pagar hasta 15.600 dólares por familia, se agotaron rápidamente y 75.000 personas que los habían solicitado se quedaron sin la ayuda. De aprobarse el proyecto de ley, se estima que 175.000 trabajadores podrían recibir la ayuda, que muchos no pudieron solicitar.

“Hace dos años el desempleo masivo golpeó Nueva York y uno de cuatro inmigrantes no pudo pagar el alquiler o alimentar a sus familias”, indicó la coalición de una veintena de organizaciones que les apoyan durante una conferencia de prensa celebrada hoy en la calle, frente a la oficina de la gobernadora Kathy Hochul en Manhattan.

Excluidos del desempleo y sin poder quedarse en sus casas, a los inmigrantes “no les quedó mas remedio que salir a buscar trabajo, contrajeron el covid” y muchos murieron, recordaron en la rueda de prensa, tras lo cual se guardó un minuto de silencio en memoria de los muertos por la pandemia, la mayoría mexicanos.

Los inmigrantes reclaman además que se aprueben, como parte del nuevo presupuesto, el proyecto que crearía un fondo de desempleo permanente para indocumentados y que permitiría que se otorguen más licencias para vendedores ambulantes, -lo que no ocurre desde la década de 1980-, ya que la venta ambulante ha sido la tabla de salvación de muchos tras perder sus empleos.

La propuesta de presupuesto que la gobernadora envió a la legislatura no incluye los fondos que reclaman los inmigrantes ni tampoco el que el Senado y la Asamblea acordaron el lunes, que ahora será debatido y tiene que estar aprobado para el 1 de abril.

Lo único que sí incluye el presupuesto de la legislatura es una cobertura médica que beneficiaría a los adultos indocumentados.

Varios inmigrantes compartieron sus historias de vida, entre ellos la mexicana Erica Juárez, trabajadora doméstica y que encabezó la marcha vestida como una danzante azteca, quien hizo un llamado a Hochul a que apoye el dinero que piden porque “no alcanzaron los fondos, no fueron suficientes”.

“No pude alcanzar ese fondo y lo necesito porque estoy endeudada. Hay muchos como yo pasando por esta situación”, afirmó recibiendo aplausos y vítores de inmigrantes que portaban carteles con mensajes como “los vendedores ambulantes son esenciales ” o “lavamos tu ropa, preparamos tu comida, entregamos tus paquetes mientras los legisladores permiten que nuestra comunidad muera de hambre”.

La marcha de los inmigrantes, que echó a andar tras escucharse el popular tema de Joan Manuel Serrat “Caminante no hay camino”, hará paradas a lo largo de la ruta para hacer manifestaciones frente a oficinas de legisladores.

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