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BRASILIA. – El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó las elecciones presidenciales en Brasil con un 55.24% de los votos, frente al 44.76% de los apoyos obtenidos por Fernando Haddad,candidato del Partido de los Trabajadores (PT), con el 99.27% de los votos escrutados.

Bolsonaro ganó los comicios tras una campaña caracterizada por un hartazgo de los ciudadanos con los partidos tradicionales, salpicados por escándalos de corrupción, y sucederá al mandatario Michel Temer el próximo 1 de enero para gobernar el país hasta 2022.

Estos resultados reflejan lo que predecían las encuestas de las elecciones más polarizadas de la historia reciente de Brasil que daban a Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), favorito frente a Haddad, que sustituyó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción, en la recta final de una campaña empañada por una batería de noticias falsas, declaraciones violentas y amenazas a periodistas.

Partidarios del ultraderechista se reunieron desde primera hora de la tarde a las afueras de su residencia en la playa del acomodado barrio de Barra de Tijuca en Río de Janeiro. Los seguidores del capitán de la reserva del Ejército, conocido por sus opiniones racistas, machistas y homofóbicas, celebraron la victoria de Bolsonaro con música y cánticos en diferentes puntos del país.

Primera intervención en Facebook Live

Poco después de conocerse los resultados, Bolsonaro hizo un directo en su cuenta de Facebook en el que se felicitó por haber conseguido la victoria en las elecciones “sin un gran partido, con gran parte de los medios grandes” criticándole y poniéndole en lo que definió como una “situación casi vejatoria”.

“Brasil clamaba por cambios”, dijo desde su casa y acompañado por su esposa y una intérprete de signos. “No podíamos más con el extremismo y populismo (…) Tenemos todo para ser una gran nación”, añadió.


Minutos después, salió a hablar fuera de su residencia y, en un discurso más conciliador, prometió un “gobierno de centro que trabajará para todos los brasileños” y reducir el peso del gobierno con su lema “más Brasil y menos Brasilia”.

Más tarde, desde un hotel de Sao Paulo, Haddad ofreció un discurso rodeado por figuras del PT en el que dijo respetar el resultado pero no felicitó al ganador como suele ser habitual al reconocer las victorias electorales.

“Tenemos una tarea enorme en nombre de la democracia: defender los derechos de los brasileños por los 45 millones de ciudadanos que nos votaron”, afirmó.

Este domingo, la jornada transcurrió con normalidad, como declaró Laura Chinchilla, jefa de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que contó con observadores en 11 estados. Chinchilla advirtió esta semana que la campaña había alcanzado “un nivel sin precedentes de noticias falsas”.

Hartazgo de la política tradicional

En la capital, Brasilia, la afluencia de los ciudadanos en los colegios electorales fue constante y más que un deseo de cambio muchos demostraban su hartazgo ante ambos candidatos, a los que algunos dicen votar por “simple eliminación”. El hartazgo de la política tradicional ha sido una de las constantes de muchos electores en esta campaña.


“ El PT robó demasiado durante sus años de gobierno y Bolsonaro solo muestra violencia. No me siento representada por ninguno de los dos”, comentaba Dora de 57 años y ama de casa a Univision Noticias.

A su lado, Catia, de 51 años, que trabajaba en un pequeño puesto de periódicos, explicaba que había votado a Bolsonaro porque es “el único que puede traer un poco de orden a este desastre de situación que tenemos en Brasil, pero tampoco es una opción que me ilusione”.

A las 9:30 de la mañana, bajo estrictas medidas de seguridad y sin hablar con la prensa, Bolsonaro acompañado por su esposa, Michelle, acudía a votar en un centro electoral de Río de Janeiro.

Bolsonaro votó rodeado de fuertes medidas de seguridad. Crédito: Buda Mendes / Getty Images

“Hasta la victoria, si Dios quiere”, escribió antes de la apertura de urnas en su Twitter este exmilitar de 63 años que, tras ser apuñalado a principios de septiembre durante un mitin, ha manejado su campaña prácticamente desde su casa y a través de las redes sociales, donde cuenta con millones de seguidores.

Poco después, sobre las 10.30 de la mañana, Haddad llegaba también con su mujer, Ana Estela, a un colegio electoral del barrio de Moema, en la ciudad de Sao Paulo.

“Espero que el día transcurra con mucha tranquilidad”, apuntó quien fue alcalde de esta ciudad y ministro de Educación durante el gobierno de su mentor, el histórico líder del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, que cumple 12 años de cárcel por corrupción.

Haddad votó en Sao Paulo acompañado de su esposa. Crédito: Amanda Perobelli / Reuters

“ Este domingo cuento con su voto para recuperar el aliento de la democracia y alejar a los fantasmas de la dictadura, al odio y a la violencia”, escribía horas antes en su cuenta de Twitter Haddad, de 55 años y padre de dos hijos.

En respuesta a la campaña en las redes sociales “#LibroSí #ArmaNo”, en rechazo a la idea de Bolsonaro de flexibilizar el porte de armas, electores de Haddad salieron a votar con libros en la mano.

El último sondeo de Datafolha publicado en la noche del sábado situaba a Bolsonaro, nostálgico de la dictadura militar y admirador del presidente estadounidense Donald Trump, como claro favorito con un 55%, frente al 45% de intención de voto de su adversario.

“Bolsonaro es el resultado de la corrupción destapada por el Lava Jato, el escándalo más grande vivido en Brasil. También de la peor crisis económica en 100 años, con 25 millones de personas que o no tienen empleo o trabajan de manera precaria o que simplemente han desistido de buscarlo. Y de un discurso en el que ha estado muy presente su eslogan ‘Brasil, Patria y Dios’. Que viene a decir que el PT, la izquierda, los marxistas, quieren terminar con la familia tradicional y yo Bolsonaro, la derecha, la protejo”, explica el analista Marco Bastos de la consultora Octopus a Univision Noticias.

Apodado el “Donald Trump brasileño” y comparado también con el presidente filipino, Rodrigo Duterte, Bolsonaro y su discurso fundando en el miedo y la mano dura han calado entre una población cansada del alto índice de inseguridad en un país donde tan solo en 2017 se registraron más de 63,000 muertes.

“Si gana Bolsonaro de lo que hay que preocuparse es de la falta de experiencia de su equipo, que quiere realizar cambios profundos que pueden traer inestabilidad. Otra de las preguntas es el papel del poder judicial y de los militares que ya se ha anunciado que contarán con varios ministerios”, comenta el analista.

Quien sea electo sustituirá el próximo 1 de enero de 2019 a Michel Temer, el presidente más impopular desde el retorno de la democracia, que asumió el cargo en 2016 tras el impeachment a Dilma Rousseff, del PT, acusada de manipular las cuentas públicas.

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