Publicidad

El viernes la justicia había solicitado la captura de Joao Teixeira de Faria (su verdadero nombre), de 76 años, para evitar que huya del país o esconda el dinero.

Imágenes de video difundidas por la cadena Globonews mostraban al curandero mientras abandonaba un automóvil en un camino de tierra antes de entregarse a los policías. Vestido con una camisa blanca, tenía un semblante abatido.

De acuerdo con este medio, sería trasladado a la estación central de policía de Goiania, capital del estado de Goiás.

Considerado como fugitivo por las autoridades desde el sábado, Joao de Deus había clamado su inocencia el miércoles, tras su última aparición pública en su templo de Abadiania, cerca de Brasilia, donde practicaba sesiones de “sanación espiritual”.

El escándalo estalló la semana pasada con la difusión, en TV Globo, el mayor canal del país, de una investigación que retomaba el testimonio de mujeres que relataban cómo habían sido obligadas a masturbarse o practicar felaciones al curandero durante las sesiones.

En una entrevista con el semanario Veja, Dalva Teixeira, hija del supuesto sanador, reveló haber sido abusada sexualmente por su padre desde que tenía 10 años y hasta los 14, cuando se escapó de su casa luego que la golpeara al descubrir que estaba embarazada. 

“Mi padre es un monstruo”, dijo la mujer, que hoy tiene 49 años.

Desde la emisión del programa, centenares de mujeres declararon haber sido agredidas sexualmente por el curandero. La justicia de Goiás recibió 330 denuncias provenientes de todo Brasil, así como de Alemania, Australia, Bélgica, Bolivia, Estados Unidos y Suiza. 

La reputación del curandero trascendió ampliamente las fronteras de su país. En 2012, recibió en su templo la visita de la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfreyy los tres últimos presidentes brasileños recurrieron a sus servicios.

Publicidad