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Londres, 5 oct (EFE).- El primer ministro británico, Boris Johnson, descartó este martes convertir la misoginia o aversión hacia las mujeres en un delito de odio en el Reino Unido, al considerar que ya existe “legislación abundante” para confrontar esa lacra social.
En declaraciones a la BBC durante el congreso anual del Partido Conservador en Manchester (norte de Inglaterra), Johnson opinó, en referencia a no ampliar el número de delitos o infracciones relacionados con la violencia machista, que “si se amplía lo que se pide a la Policía que haga, se acaba aumentando el problema”.
El jefe del Gobierno instó a las fuerzas de seguridad, cuestionadas en el Reino Unido por su aparente machismo intrínseco, a “centrarse en los delitos muy reales” y “el sentimiento muy real de injusticia y traición que mucha gente siente”.
El enfoque de la policía británica en situaciones que afectan a las mujeres y la propia mentalidad de muchos agentes varones está en cuestión tras el asesinato el pasado marzo de una joven en Londres a manos de un policía que utilizó su placa para forzar su detención.
Han trascendido además otros casos de policías vinculados con violencia a la mujer y otros que compartían pornografía y comentarios agresivos en grupos de whatsapp.
El pasado 30 de setiembre, un tribunal londinense condenó a cadena perpetua a Wayne Couzens, el policía de 48 años y padre de dos hijos que en marzo raptó, violó y asesinó a Sarah Everard, de 33 años, cuando iba de camino a su casa en el sur de Londres.
El asesinato desató la furia de las mujeres en el Reino Unido, con numerosas protestas en defensa de calles seguras y libres de machismo, y prendió la mecha del escepticismo contra la policía, envuelta también en polémica por cómo trató de disipar esas manifestaciones durante el pasado confinamiento.
La comisaria jefe de la Policía Metropolitana de Londres (MET o Scotland Yard), Cressida Dick -la primera mujer en ocupar el cargo-, ha descartado de momento dimitir y cuenta con el apoyo del Gobierno, si bien ha prometido una investigación independiente sobre la cultura en el seno de la organización.

EFE/EPA/NEIL HALL
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