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Madrid, 21 abr (EFE).- A sus 76 años, el tenor español Josep Carreras prosigue una despedida tácita de los escenarios, que convierte cada actuación en algo “extremadamente emotivo”, mientras sigue teniendo “una buena relación” con su compatriota Plácido Domingo.

Lo asegura en una entrevista con EFE tras la actuación conjunta en Tokio en enero pasado por el 20 aniversario de los ‘tres tenores’, una tríada mítica de la ópera que formaban los dos cantantes españoles y el italiano Luciano Pavarotti, ya fallecido.

Juntos lograron un éxito mundial sin precedentes y que la lírica trascendiera más allá del público habitual.

“Continúo teniendo una buena relación con Plácido Domingo”. Es la escueta respuesta por escrito de Carreras a una pregunta directa sobre las acusaciones de índole sexual que han recaído sobre su colega por parte de varias mujeres.

Carreras declaró en el pasado que “nunca” vio comportamientos incorrectos por parte de Domingo.

UN PASO MÁS

Este sábado, el tenor se presenta en Cantabria (norte español) en un espacio tan especial como la explanada del monasterio de Santo Toribio de Liébana, con motivo del Año Jubilar Lebaniego.

Es un hito más para quien presume de haber cantado no solo en los mejores teatros del mundo, sino en lugares como Angkor Wat (Camboya), la plaza Roja de Moscú, la Ciudad Prohibida de Pekín o las ruinas de la Biblioteca Nacional de Sarajevo.

“Y en las Ramblas de Barcelona después del incendio del Liceu”, apostilla Carreras, con su adorada ciudad, donde nació, siempre en la mente, y donde ratifica que querría ofrecer su última actuación, aunque siga sin ponerle fecha.

Eso sí, el repertorio que pudiera interpretar en ese hipotético último concierto no diferirá mucho del que ofrecerá mañana. “Cantaré como en este caso en Liébana las piezas musicales que más me gustan”, indica.

En ese monasterio, junto a la Orquesta Andrés Segovia dirigida por David Giménez, interpretará piezas emblemáticas de su carrera no necesariamente atadas a la lírica, entre “Dicitencello vuie” de Rodolfo Falvo, “The man of La Mancha” del musical del mismo nombre con música del estadounidense Mitch Leigh o “Solamente una vez”, del compositor mexicano Agustín Lara.

En algunas de ellas lo acompañará Sabina Puértolas, “una gran cantante, versátil, elegante y con una gran musicalidad”, dice de ella. La soprano española, que como creyente vivirá “de una manera muy especial” este concierto, recoge el guante: “Cuando canto con él me siento muy arropada, es un gran músico y un magnífico compañero”.

Ese mismo adjetivo, “elegante”, se lo han aplicado a Carreras muchas veces en su carrera: “Existe una manera de interpretar y cantar inherente a cada cantante y, en mi caso, yo lo que intento es transmitir mis emociones al público”.

SOSIEGO

Para abarcar una trayectoria tan larga como la suya, de más de medio siglo, a los más jóvenes les recomienda no correr. “La voz es una palabra femenina y, por tanto, hay que cuidarla y mimarla extremadamente. Nunca hay que equivocar el repertorio y conocer tus limitaciones vocales”, apunta.

Pero por muy exitosa que haya sido su carrera profesional, existe otra faceta quizás aún más importante en su vida desde que se recuperó de una leucemia y emprendió una intensa labor filantrópica para potenciar la investigación y ayudar a otros en su sanación.

“He tenido el gran privilegio -reconoce- de que mi vocación ha sido mi profesión. He disfrutado enormemente de subir a los escenarios e interpretar óperas, zarzuelas, canciones napolitanas, música española…”.

Sin embargo, no puede olvidar que su fundación es una de sus “grandes prioridades”, que le ha dado satisfacciones enormes. “Ayudar a salvar una vida es algo que no tiene precio, es inigualable”, apostilla con satisfacción.

Javier Herrero

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