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No tiene la mejor dirección ni el mejor guion, no tiene la mejor actriz ni el mejor actor, pero la séptima temporada de Juego de tronos es la mejor ficción dramática que se puede ver en la época cumbre de la televisión. La fantasía de George R. R. Martin ganó su tercer premio Emmy al mejor drama. El año pasado, Hulu hizo historia en los Emmy al ser el primer servicio de vídeo online en ganar la categoría reina, la de mejor drama, con The Handmaid’s Tale. La vuelta de Juego de tronos le daba a los 70º premios Emmy cierto aire de verdadera competición entre HBO, el rey de la televisión de los últimos 20 años, y las nuevas plataformas. Ganó otra vez Juego de tronos, la serie más premiada de la historia, con 47 emmys en siete años. Pero con matices.

Juego de Tronos es la serie de esta década. Al menos, la serie fantástica de la década, como dijo a la prensa Martin: “No sé si hemos cambiado la televisión, pero sí la televisión de ciencia ficción y fantasía. Ahora hemos alcanzado el mismo nivel de respeto que cualquier otro género”. La serie tiene previsto terminar en su octava temporada, que solo contará con seis episodios, y está siendo un rodaje eterno para sus seguidores. “La última temporada se está retrasando porque es lo más grande que hemos hecho nunca”, anunció David Benioff, el cerebro detrás de este fenómeno.

Antes de ganar el premio grande, solo Peter Dinklage, verdadero rostro de la serie, había ganado en su categoría este lunes. Netflix, la mayor productora de televisión de Hollywood en estos momentos, había roto ya un récord al tener por primera vez más nominaciones que HBO. Al final, empataron a premios (23), pero la Academia de Televisión le sigue negando a Netflix los premios grandes. The Crown se llevó cinco emmys, Black Mirror se llevó cuatro, Godless, tres. Pero las series de Netflix siguen sin llegar a ser las mejores según la Academia. El mejor drama es de HBO, la mejor comedia, de Amazon, y la mejor miniserie, de FX Networks.

Las categorías de comedia tenían este año el encargo de encontrar un sustituto para Veep, la serie de HBO que amenaza con ganar cualquier año que se presente. La enfermedad de su protagonista, Julia Louis-Dreyfus, ha retrasado la producción y la ha dejado fuera de este año. La comedia que hay que ver, según los Emmy, es The Marvelous Mrs. Maisel. Mejor comedia del año, mejor dirección, mejor guion, mejor actriz principal para Rachel Brosnahan y mejor secundaria para Alex Borstein. El hallazgo de Amazon, una creación de Amy Sherman-Palladino (Las chicas Gilmore), debutaba en estos Emmy y arrasó frente a comedias como Silicon Valley, Atlanta o Curb your enthusiasm. Es la primera serie emitida en streaming que gana este premio. Si hay una ganadora absoluta en los 70º premios Emmy es Sherman-Palladino: cuatro premios.

El ‘casting’ de ‘Juego de Tronos’, tras la gala. EFE / ATLAS

Se puede decir que este era un año de los actores. Todas las categorías eran difíciles, en todas hubo perdedores inexplicables para una parte del público. La victoria de Claire Foy como la reina Isabel II en The Crown sirvió para resarcir la derrota del año pasado. La reina de la televisión, Elisabeth Moss, no pudo repetir por THe heandmaid’s Tale. Foy, además, se despide de la serie, que continúa contando la historia en otra época.

En los primeros Emmy después del movimiento #MeToo, Foy era una especie de símbolo de ciertas injusticias en la industria. Ella es el auténtico pilar de esta superproducción de Netflix, y aun así cobraba menos que su compañero de reparto. Matthew Rhys ganó en la categoría masculina después de cuatro nominaciones por The Americans, una serie mimada por la crítica pero no premiada por la Academia durante seis temporadas.

Entre los actores, estos Emmy dejaron un momento emocionante al ver a Henry Winkler subir a recoger el premio por el secundario de Barry, la comedia de HBO sobre un asesino a sueldo que decide que quiere ser actor. Winkler es una leyenda de la televisión. Fue nominado tres veces en los años setenta por Happy Days, una de las series que inventaron la comedia moderna. Seis nominaciones en cuatro décadas. Su personaje en Barry, además de haber relanzado su carrera a los 72 años, es una delicia.

En su propio podio está Peter Dinklage. Ganó por tercera vez como secundario en Juego de tronos. Es el único actor de la serie más premiada de la historia que ha ganado. Dinklage es el rostro de Juego de tronos, hasta el punto de que ha sido nominado en todas las temporadas.

La explosión de las miniseries y películas para televisión ha arrastrado un nivel de producción y talento a la televisión que antes no se veía. Entre los actores, competían Penélope Cruz, Antonio Banderas, Edgar Ramírez, Benedict Cumberbatch, Jeff Daniels, Jessica Biel, Laura Dern, John Legend… El elenco entero de El asesinato de Gianni Versace estaba nominado, pero el premio se lo llevó Darren Criss, un aterrador Andrew Cunanan, el psicópata que mató al modisto. Él es el hilo conductor de la serie. En mujeres, Regina King ganó por Seven Seconds. Los españoles se fueron sin premio. La mejor miniserie del año, para los Emmy, ha sido American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace. El equipo dedicó el premio a las víctimas de la homofobia.

La guerra de los talk shows, que se han convertido en oráculos de Estados Unidos en la era de Donald Trump, la volvió a ganar John Oliver por tercer año consecutivo. Entre todos los especiales de comedia que ha sacado Netflix este año, los Emmy eligieron el de John Mulaney como el mejor. Entre los reality, ganó la carrera de drag queens de Ru Paul. El premio a mejor programa de variedades fue de nuevo para Saturday Night Live. El programa lleva 43 años en antena. Es el programa más premiado de la historia con 72 emmys. Lorne Michaels, la leyenda que creó SNL, subió a recoger el premio: “Cuando empezamos, se hablaba de que las cadenas de televisión no seguirían mucho tiempo. Aquí estamos, es 2018, estamos en los Emmys y en NBC”.

En una entrevista el año pasado, Glenn Weiss decía que después de décadas de carrera sería recordado por haber conseguido el plano final de los Oscar 2016, cuando se equivocaron con el sobre. Ya no va a ser así. Weiss, uno de los mayores especialistas en realización de televisión en directo de Hollywood y ganador de 14 emmys, consiguió su propio momento televisivo único este lunes. Al recibir el emmy por la realización de los Oscar del año pasado, desde el escenario le dijo a su novia, Jan Svedsen, que se casara con él. Ella subió, él se puso de rodillas y le dio el anillo que su padre le dio a su madre, recientemente fallecida. En la primera fila, a los mayores profesionales de este negocio se les saltaban las lágrimas. Así se hace televisión.

 

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