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París, 28 mar (EFE).- Las elecciones presidenciales francesas, relegadas hasta ahora a un segundo plano mediático por la guerra en Ucrania, dan este lunes un paso al frente con el inicio oficial de la campaña.

Desde enero y hasta este domingo los medios debían ajustar el tiempo de antena y de palabra concedido a cada candidato según su peso político, pero desde hoy y hasta el 9 de abril, la víspera de la primera vuelta, primará el principio de igualdad tanto para ellos como para sus portavoces.

Los futuros colegios electorales, cuyas vallas lucían vacías a la espera de este pistoletazo de salida, comenzaron a cubrirse con los pósters de propaganda de los aspirantes, en un orden determinado por sorteo por el Consejo Constitucional.

Los dos primeros puestos de cara a la segunda vuelta del 24 de abril parecen tener ya nombres y apellidos: según un sondeo difundido este fin de semana por el diario Le Parisien, el actual jefe de Estado, Emmanuel Macron, encabeza las intenciones de voto (28,5 %), seguido por la ultraderechista Marine Le Pen (17,5 %).

Se repetiría así el mismo esquema de 2017, y pese a la ventaja registrada por el presidente sus filas están llamadas a no bajar la guardia: “Cuidado con Le Pen”, habría dicho Macron a sus consejeros y cargos públicos cercanos.

Aspiran a llegar al Elíseo doce personas, ocho hombres y cuatro mujeres. Junto a Macron y Le Pen, la conservadora Valérie Pécresse, el ultraderechista Éric Zemmour, el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, la socialista Anne Hidalgo, alcaldesa de París, y el ecologista Yannick Jadot.

Completan la lista el soberanista Nicolas Dupont-Aignan, la radical de izquierdas Nathalie Arthaud, del partido Lucha Obrera, el trostkista Philippe Poutou, el defensor del mundo rural Jean Lassalle y el comunista Fabien Roussel.

“No tengo la impresión de que Macron tenga muchos rivales. Va muy por delante. Creo que ganará las elecciones”, señala a EFE una veinteañera francesa que asegura no tener decidido todavía su voto pero apunta que colocará la ecología “por delante de cualquier otra cosa”.

La campaña, según coincide otro joven, se ha visto superada por la actualidad internacional. “La gente piensa en la covid, en Ucrania y en la situación económica. Además, todo el mundo cree que Macron va a ganar y por lo tanto no resulta muy interesante seguir la elección”.

ABSTENCIÓN RÉCORD

Una encuesta publicada por Le Parisien apunta que la abstención podría rondar el 33 %, lo que supondría un récord en unas presidenciales. En la primera vuelta de 2017 fue del 21,3 %, y del 20,5 % en la de 2012.

En caso de que la segunda ronda tuviera lugar el próximo domingo, según un sondeo de los institutos demoscópicos Ipsos y Sopra Steria, Macron vencería tanto si se enfrentara a Le Pen (58 %) como a Mélenchon (62 %), que va tercero en las intenciones de voto (14,5 %).

Frente a Macron, “no parece que haya opciones reales para el resto de candidatos. (…) En realidad el problema son los populistas, es difícil verlos en el poder”, sostiene el joven francés, que recalca pese a todo que el jefe de Estado no parece “muy implicado” en estos comicios.

El presidente visitará este lunes un barrio popular de Dijon, en el este de Francia, y su gran mitin está previsto para este próximo sábado en La Défense Arena de París, una sala con capacidad para 30.000 personas. Zemmour dijo haber congregado este domingo a 100.000 en la plaza de Trocádero, que se cubrió de banderas galas.

La multitud llegó a gritar “Macron, asesino”, sin que el antiguo tertuliano televisivo la acallara. Frente a la condena generalizada del resto de candidatos, el equipo de Zemmour aclaró después que este no había escuchado a la masa.

“La campaña está siendo un poco caricaturesca. Hay mucho extremismo y mucha vulgaridad”, lamenta la joven francesa, mientras que Pécresse, candidata del partido Los Republicanos, estimó hoy en la cadena BFM TV que “Zemmour tiene un discurso que azuza la violencia y no es capaz de controlarla”.

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