Publicidad

Madrid, 12 jun (EFE).- La Feria del Libro de Madrid cierra este domingo tras 17 días en los que ha acogido a miles de visitantes, que se acercaron para tener un contacto directo con sus autores favoritos, tanto españoles como latinoamericanos, lo que ha conseguido un récord de facturación y ventas.

Gran afluencia de público durante la clausura de la 81 edición de la Feria del Libro de Madrid en el parque del Retiro este domingo. EFE/ Chema Moya

Aunque las cifras concretas tardarán unos días en saberse, la directora de la Feria del Libro de Madrid, Eva Orúe, aseguró a Efe que habrá un ligero aumento de ventas respecto a 2019, el último año antes de la pandemia y que fue hasta el momento el mejor de la historia de la feria, cuando se recaudaron diez millones de euros.

La afluencia de público sigue llenando las casetas en el parque del Retiro este domingo, último día, a pesar del calor sofocante que se vive en Madrid, con temperaturas de hasta 37 grados.

Héctor Abad Faciolince, Luis García Montero, Julia Navarro, Javier Cercas, Antonio Muñoz Molina o Elvira Lindo son algunos de los escritores que firman en estas últimas horas de la feria, con lo que se cierran los más de 5.000 actos de firmas que se registraron en estos días en las 378 casetas.

Fue una jornada en la que también se habló de la literatura en el exilio, en un acto en el que participaron el nicaragüense Sergio Ramírez, el cubano Yunior García Aguilera y el venezolano Rodrigo Blanco.

El exilio es una larga tradición provocada por el desacuerdo entre el poder absoluto y la escritura libre, indicó Ramírez, que recordó cómo salió de Nicaragua hace más de un año sin saber que no iba a poder regresar.

Por su parte, el opositor cubano Yunior García Aguilera se definió como un “cubano crónico” y relató el “shock” que supuso para él el exilio y cómo ha tenido que “exorcizarse”.

Hoy también hay gran afluencia de lectores infantiles y juveniles. En esta edición ha acudido mucha gente joven y las actividades relacionadas con el cómic o el manga han funcionado muy bien, al igual que las de “youtubers” o “instagramers”, autores a los que los jóvenes llegan por redes sociales, explica Orúe.

“Eso nos tiene que hacer pensar que están leyendo más y reflexionar sobre la manera que tenemos de acercar la literatura a este público que está ávido de buenos libros y buenas historias”, sostiene.

En el balance final se comprobará si se han superado las cifras de 2019, cuando se recaudaron unos diez millones de euros, se vendieron unas 550.000 publicaciones y el numero de visitas rondó los 2,3 millones de personas.

Luego llegó la pandemia, en 2020 se tuvo que celebrar en línea y en 2021 se retrasó al otoño y se desarrolló con restricciones de aforo.

Publicidad