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Toronto (Canadá), 17 mar (EFE).- El goteo de acusaciones de injerencia china en la política de Canadá no sólo ha generado un encendido debate en el país y amenaza con alterar durante décadas su ya de por sí difícil relación con el gigante asiático, además puede ser solo “la punta del iceberg” de lo que realmente está pasando.

Así lo apuntan expertos consultados por EFE sobre la ingente cantidad de operaciones de China en el país norteamericano que constan en los documentos del servicio de inteligencia de Canadá (CSIS) que se han filtrado a los medios en las últimas semanas y que causan sorpresa y alarma.

Desde financiar candidatos a elecciones federales, provinciales y municipales desde el consulado general chino de Toronto, a cultivar adeptos entre políticos, empresarios y académicos pasando por presiones a miembros de la comunidad china en Canadá y la instalación de comisarías clandestinas en los principales centros urbanos del país.

“La injerencia en las elecciones es sólo la punta del iceberg”, declaró a Efe Cheuk Kwan, copresidente de la Asociación por la Democracia en China de Toronto, uno de los principales activistas que lleva décadas denunciando las actividades de Pekín en Canadá.

Según el periódico The Globe and Mail, en otoño de 2022, CSIS advirtió al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, de la injerencia china en las elecciones de 2019, durante las que el consulado de Toronto promovió 11 candidatos amigos (nueve del Partido Liberal de Trudeau y dos del opositor Partido Conservador).

Otros documentos de CSIS publicados por los medios indican que el consulado entregó grandes sumas de dinero a candidatos amigos y que en las elecciones de 2021, China ejecutó una sofisticada operación para respaldar la reelección de Trudeau pero con el objetivo de que el Partido Liberal no obtuviese la mayoría absoluta.

Las elecciones fueron ganadas por Trudeau aunque los liberales sólo consiguieron 160 diputados, 10 menos de los necesarios para controlar el Parlamento.

Jeremy Paltiel, profesor emérito de la Universidad Carleton en Ottawa y experto en las relaciones entre Canadá y China, dijo a EFE que no es nuevo que haya “una cierta interacción” entre Pekín y la comunidad china en el país.

“Lo que me ha sorprendido es el papel directo del que se acusa al consulado chino en Toronto”, explicó Paltiel, que añadió que la injerencia en las elecciones es claramente “una línea roja” que Pekín ha cruzado.

Para Paltiel, lo que el Gobierno chino quiere es que la “historia de China” que se cuente sea la aprobada por Pekín.

“Especialmente desde la llegada a la presidencia de Xi Jinping, se quiere tener una representación monolítica de lo que significa China”, explicó el académico, para quien la injerencia de este país no es comparable con otras como la que se ha denunciado de Rusia para influir en las elecciones de Estados Unidos en las que ganó Donald Trump.

“Se habla de 11 diputados de un total de 338. No es como Rusia. Lo que tenemos es una nueva China que no se disculpa por nada”, añadió.

La situación en Canadá se ha complicado en los últimos años desde que la rivalidad con China se convirtió en el eje de la política exterior de Estados Unidos.

Durante años, Ottawa resistió las presiones de Washington para prohibir el uso de equipos de Huawei en la tecnología de telecomunicaciones 5G.

En diciembre de 2018, Estados Unidos solicitó a Canadá el arresto de la directora financiera de Huawei, e hija de su fundador, Meng Wanzhou, cuando su avión hizo escala en Vancouver. Cuando Meng fue detenida, China contestó con el arresto de dos canadienses, Michael Kovrig y Michael Spavor.

Meng, Kovrig y Spavor fueron liberados finalmente en septiembre de 2021. Pero para entonces, las relaciones entre Canadá y China estaban seriamente dañadas.

Fuentes consultadas por Efe señalaron que los servicios de inteligencia canadienses, preocupados por las relaciones con su principal aliado, Estados Unidos, han estado presionando desde hace años al Gobierno canadiense para que Ottawa se acerque más a Washington.

La filtración de los informes de CSIS han dejado a Ottawa con escaso margen de maniobra.

Paltiel mostró su extrañeza por que nadie en Canadá haya cuestionado el motivo o el momento de la filtración de los documentos de CSIS.

Desde que las filtraciones se iniciaron, Canadá ha publicado su plan estratégico para la región del Indo-Pacífico en el que endurece su posición ante China y la considera una “potencia disruptiva”; ha prohibido los equipos 5G de Huawei así como la aplicación TikTok en los móviles oficiales.

Trudeau también ha puesto punto y final a las investigaciones conjuntas con científicos chinos vinculados con las fuerzas armadas de Pekín; ha nombrado un relator especial para investigar las acusaciones de injerencia china; y ha anunciado la creación de un registro de cabilderos de actúan en Canadá en nombre de Gobiernos extranjeros.

Pero al mismo tiempo se ha opuesto a la creación de una comisión de investigación sobre la injerencia china tal y como han pedido los partidos de la oposición.

Kwan apoya la creación de la comisión y dice que la única solución para Canadá es hacer frente con firmeza a China. “Si no lo hace, China no respetará a Canadá”, afirmó.

Julio César Rivas

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