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Río de Janeiro, 15 may (EFE).- Los grupos que respaldan al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, promovieron este sábado marchas y manifestaciones en algunas ciudades de Brasil para expresar su apoyo al líder ultraderechista en momentos en que su popularidad está en el nivel más bajo desde que asumió el mandato.

Los actos, en menos ciudades que las previstas y con un número de participantes inferior al de jornadas similares, fueron convocados por grupos que respaldan al presidente pero que tienen reivindicaciones diferentes, como los evangélicos, los camioneros y los productores rurales.

Brasilia, la capital del país, contó con dos diferentes manifestaciones, la de los evangélicos en la mañana y la de los productores rurales en la tarde, en ambas con participación del jefe de Estado, que sobrevoló en helicóptero los actos y acudió montado en un caballo al evento de los “ruralistas”.

Los dos actos tuvieron lugar en la Explanada de los Ministerios, la amplia avenida en la que están las principales edificaciones gubernamentales del país, y los participantes terminaron juntándose, pero cada uno con sus reivindicaciones, en medio de decenas de camiones y tractores.

MANIFESTACIONES EN MEDIO DE LA PANDEMIA

Las manifestaciones se producen en momentos en que, según las encuestas, el jefe de Estado tiene el menor nivel de popularidad desde que asumió el mandato y sufre duras críticas por su gestión de la pandemia en Brasil, el segundo país en el mundo en número de muertos por covid (432.628) y el tercero en número de casos (15,5 millones) después de Estados Unidos e India.

Bolsonaro es uno de los mandatarios más negacionistas en torno a la gravedad de la pandemia de la covid, que ha llegado a calificar como “gripecita”, y se opone a medidas preventivas como el uso de máscara, el distanciamiento social o los confinamientos.

Según una encuesta divulgada esta semana por la firma Datafolha, el apoyo al Gobierno del capitán de la reserva del Ejército cayó desde el 30 % en marzo hasta el 24 % en mayo, el nivel más bajo desde el inicio de su mandato, el 1 de enero de 2019.

La tasa de desaprobación, por su parte, subió un punto porcentual, del 44 % en marzo al 45 % en mayo.

Las manifestaciones de este sábado tuvieron en común sus letreros, cánticos y discursos de apoyo al Gobierno y de rechazo a la investigación abierta por una comisión del Senado sobre las omisiones y fallas de la gestión de Bolsonaro frente a la pandemia.

Los manifestantes igualmente criticaron las medidas de aislamiento social impuestas por los Gobiernos regionales para combatir el coronavirus, que son rechazadas por el líder de la negacionista ultraderecha brasileña, así como decisiones de la Corte Suprema que han supuesto duros golpes para el Gobierno.

BOLSONARO CONTRA LULA Y EL VOTO ELECTRÓNICO

Otra reivindicación que se escuchó principalmente en las manifestaciones de Brasilia y en Sao Paulo fue la exigencia de que Brasil reimplante el voto en papeleta en lugar del voto electrónico ya que los seguidores de Bolsonaro alegan que, sin posibilidad de verificar los resultados contando las papeletas, las elecciones presidenciales de 2022 pueden ser objeto de un fraude.

El jefe de Estado, que pronunció un corto discurso en la manifestación de los ruralistas, aprovechó para atacar al líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, que las últimas encuestas señalan como el favorito a vencer las elecciones del próximo año luego de que la Justicia anulara las condenas por corrupción que habían sido dictadas en su contra.

“Si sacaron de la cárcel al mayor canalla en la historia de Brasil y si le dan a ese canalla el derecho a disputar las elecciones, lo que creo es que, si no tenemos un sistema de voto que sea auditable, ese canalla, mediante un fraude, ganará las elecciones del próximo año”, afirmó el mandatario, que no ha negado su intención de intentar la reelección en 2022.

Según una encuesta divulgada esta semana, si las elecciones fuesen hoy, Lula no solo vencería a Bolsonaro en la primera vuelta sino que lo derrotaría por un amplio margen en la segunda.

Los actos de los evangélicos de apoyo al Gobierno formaron parte de la llamada Marcha de la Familia Cristiana por la Libertad, la iniciativa con la que estos grupos intentaron sustituir la Marcha por Cristo, que en años anteriores reunió a millones de personas en Sao Paulo pero que fue cancelada en 2020 y 2021 por la pandemia.

Pese a que la intención de los grupos evangélicos era promover marchas en al menos 100 ciudades, el número de actos fue muy inferior. La manifestación en la céntrica Avenida Paulista, el corazón de Sao Paulo, la mayor ciudad del país, tan solo reunió a unas 200 personas este sábado.

EFE

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