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Roma, 8 jun (EFE).- En el verano de 1952, los organizadores de la Mostra de Venecia recibían un telegrama en el que se encomiaba a “un joven” cineasta estadounidense. Su nombre era Stanley Kubrick y ese mismo año estrenaba en el festival “Shape of fear”, la primera de una larga lista de películas que le convertirían posteriormente en uno de los directores más influyentes de todos los tiempos.

La particular puesta de largo del creador de “A Clockwork Orange” (La naranja mecánica, 1971) ha sido reconstruida por primera vez en un libro, con cartas y archivos, que será presentado el próximo 9 de julio por la Bienal veneciana, con motivo del noventa aniversario de su Mostra del Cine, informaron este miércoles sus organizadores.

Exactamente setenta años antes, el 12 de julio de 1952, el entonces director de este prestigioso festival cinematográfico, Antonio Petrucci, recibía un escueto telegrama firmado por Joseph Burstyn, distribuidor de cine europeo de calidad en Estados Unidos.

“Querido doctor Petrucci, hace un año, durante mi estancia en Roma, me pidió que le informara en caso de conocer u oír sobre alguna buena e inusual película de producción independiente. ¡Pues ya tengo una! Su título es ‘Shape of fear”, de un joven de 23 años llamado Stanley Kubrick”, refería Burstyn en su histórica misiva.

“En mi opinión, este es uno de los más extraordinarios filmes que he visto en los últimos años y podría generar un genial debate y ser de gran sorpresa en su festival”, prometía.

Así, aquel joven Kubrick, ya reconocido fotógrafo, mandaba a Italia por avión una copia de la cinta, mientras su mentor pedía al director del festival que la aceptara en competición.

La obra en cuestión, rebautizada en 1953 como “Fear and Desire” o “Miedo y deseo” y repudiada por el cineasta, sentaba las bases de su interés por el género bélico y logró cautivar a los programadores de Venecia, que decidieron incluirla en la XIII Mostra del Cine.

Sin embargo, Petrucci optó por no añadirla a la sección principal debido a su “duración y características”, con su hora y dos minutos, sino que ordenó su proyección en una sección dedicada al cine científico y documental artístico, el 18 de agosto de 1952.

Kubrick entraba así en una categoría secundaria del certamen, que comenzó dos días después en todo su esplendor, lo cual no vio con demasiada satisfacción.

En una carta del 26 de agosto, el padre de “2001: A space odyssey” (Una odisea del espacio, 1968) o “Paths of Glory” (Senderos de gloria, 1957), se quejaba precisamente de no haber sido incluido en la principal selección.

“Le agradecería saber cuál ha sido la reacción a mi película ‘Shape of fear’. Además, el hecho del que he sido informado, de que por características y duración, no ha sido incluido en la sección principal me ha hecho dudar sobre lo que usted tiene en mente”, recriminaba el cineasta al director del Festival veneciano.

Y añadía: “Por otro lado no he vuelto a saber nada de aquella invitación especial en concurso del que me habló cuando aceptó la película, lo cual permite entender el estado de confusión en el que me encuentro en estos momentos”.

Kubrick estaba sin duda interesado en sorprender aquel año en el que Venecia debía acoger una edición del todo memorable por su vigésimo aniversario. De hecho aquel año pasaron por el Lido Federico Fellini, con su segunda obra “Lo sceicco bianco (El jeque blanco)”, así como Roberto Rossellini, John Ford e Ingmar Bergman.

Poco después, el cineasta, decepcionado por la acogida y crítica, trataba de retirar del mercado esta primera obra suya, la historia violenta de cuatro soldados caídos con su avión en territorio enemigo, con guión de Howard Sackler, futuro premio Pulitzer.

Los comienzos no siempre son fáciles, ni siquiera si te llamas Stanley Kubrick, pero aquellas asperezas con el primer gran festival que acogió su cine pasaron.

Venecia le otorgó su León de Oro honorífico en 1997, a sus 69 años ya encumbrado como un maestro, aunque Kubrick no pudo recoger el galardón por estar rodando “Eyes wide shut” (1999), su última película antes de morir aquel mismo año. EFE

Gonzalo Sánchez

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