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Madrid, 28 mar (EFE).- La Semana Santa en España desafía este año el mal tiempo para mantener una tradición de siglos que saca a la calle imágenes de gran valor artístico ante miles de fieles y curiosos.

La lluvia y el viento no han impedido muchas de las procesiones a lo largo de la semana, aunque sí otras este Jueves Santo como la del Cristo de la Luz, que el imaginero Gregorio Fernández esculpió en 1630, que no pudo salir por las calles de Valladolid, cuya Semana Santa es una de las que en España está declarada de Interés Turístico Internacional.

En cambio, a pesar de la lluvia y el viento, miles de personas, entre ellas la reina emérita Sofía, presenciaron el tradicional desembarco en el puerto de Málaga de los militares de la Legión llevando a hombros al Cristo de la Buena Muerte y Ánimas.

Las cofradías y hermandades viven en Semana Santa su mayor apogeo, con pregones, vía crucis y de procesión en procesión, pero los preparativos se inician meses antes y además algunas desarrollan una extensa acción social todo el año.

“Estos días son complicados, pero lo más complicado son, quizás, las semanas previas, en las que hay que tenerlo todo listo y preparado para que no haya retrasos ni problemas”, explicó a EFE el presidente de la archicofradía más antigua de Santander, la de la Pasión, Ángel González, cofrade desde niño.

“Conforme se van acercando las fechas va a más el nerviosismo de que todo salga bien, de que la gente responda, de que la climatología respete. Y efectivamente, cuando pasa todo, hay una sensación de alivio, también de cansancio, es cuando uno libera la tensión”, relató.

La Archicofradía desarrolla la campaña ‘Pasión por ayudar’ para el reparto de regalos y material escolar a niños de familias necesitadas, la entrega de alimentos para personas sin recursos o el acompañamiento a enfermos.

Patrimonio de la Humanidad

Miembros de la cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz sacan el paso del palacio de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza (España) este Jueves Santo. EFE/Javier Cebollada

La festividad religiosa se vive en muchos rincones de España, mientras otros prefieren aprovechar para tomar unas vacaciones en la playa, la montaña o viajar dentro y fuera del país.

En Baena (Córdoba, sur) , casi cuatro mil ‘judíos’, coliblancos y colinegros, según el color de la crin de caballo que lucen en sus cascos, retumban con los toques de sus tambores, casi sin descanso, desde la madrugada del Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección.

La tradición procede de hace cinco siglos, cuando los judíos iban con túnicas y caretas “para ridiculizarlos, porque eran los que habían matado a Cristo”, explicó a EFE Juan Carlos Roldán, de los colinegros.

La UNESCO reconoce a las tamborradas en España, como la de Baena, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

En la localidad de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja, Norte), los ‘picaos’ cumplen en Jueves Santo desde el siglo XVI el rito penitencial de flagelarse la espalda con una madeja de cáñamo, mientras en la ciudad de Segovia se celebra el Vía Crucis de la Santa Esclavitud con una imagen de Cristo del siglo XI que según la leyenda trajo una yegua que expiró al dejarla en una iglesia.

La Semana Santa española va acompañada igualmente de tradiciones gastronómicas, como las monas, unos dulces de chocolate típicos especialmente en Cataluña, con creaciones clásicas, como huevos de chocolate o personajes de dibujos animados, y otras de autor, como figuras inspiradas en grafitis de Banksy.

Este año causa furor Barbie, por la película de Greta Gerwig.

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