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Redacción Ciencia, 28 abr (EFE).- La sonda europea Juice, que se dirige a Júpiter para explorar su grandes lunas heladas, está teniendo problemas para desplegar totalmente una de sus antenas y los expertos trabajan con varias opciones para resolver el contratiempo que impide que se suelte del soporte de montaje.

Juice despegó el pasado 14 de abril desde el puerto de la Agencia Espacial Europea (ESA) en la Guayana francesa y durante la primera semana de puesta en servicio surgió el problema con la antena RIME, uno de los diez instrumentos que lleva la sonda.

RIME es un radar de penetración de hielo diseñado para estudiar la estructura de la superficie y el subsuelo de las lunas heladas de Júpiter hasta una profundidad de 9 kilómetros y su antena tiene 16 metros de longitud.

La ESA informó hoy de que la antena “muestra cada día más signos de movimiento, visibles en las imágenes de la cámara de monitorización a bordo de la nave espacial con una vista parcial del radar y su soporte”.

El mástil ocupa aproximadamente un tercio de su longitud prevista y la hipótesis que se baraja actualmente es que un pequeño pasador atascado no ha dado paso a la liberación total de la antena, aunque aún hay varias opciones disponibles para ello.

Los próximos pasos para el despliegue completo de la antena incluyen un encendido de motores para sacudir un poco la nave espacial, seguido de una serie de rotaciones para girar la sonda, de manera que se caliente el soporte y el radar, que actualmente se encuentran en una fría zona de sombra.

La ESA indicó que, en cuanto al resto, Juice “funciona a la perfección” tras el despliegue y la puesta en marcha de sus paneles solares y su antena de ganancia media, así como el brazo de su magnetómetro de 10,6 metros.

A falta de dos meses para la puesta en servicio prevista, los equipos “tienen tiempo de sobra para resolver el problema del despliegue de RIME” y seguir trabajando en el resto del potente conjunto de instrumentos que se dirigen a investigar el sistema solar exterior.

Juice acaba de emprender un viaje de ocho años hacia Júpiter, donde estudiará ese planeta gigante gaseoso y sus satélites Calisto, Europa y Ganímedes para intentar determinar si estos reúnen condiciones de habitabilidad.

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