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Bogotá, 15 may (EFE).- Las marchas en Colombia que reclaman reformas sociales, políticas y el fin de la brutalidad policial llegaron a la jornada 18 en medio de las expectativas por el inicio de las negociaciones este domingo entre el Gobierno colombiano y el Comité Nacional de Paro.

La jornada de este sábado transcurrió en calma en varias ciudades del país y con los ojos puestos Jamundí, en el departamento agroindustrial del Valle del Cauca, en donde una turba quemó la sede de la Alcaldía y del Concejo Municipal.

También se sigue de cerca la situación de Popayán, capital del convulso departamento del Cauca, vecino del Valle del Cauca, en donde el viernes en la noche y la madrugada de este sábado hubo enfrentamientos entre los manifestantes y la fuerza pública, que dejó un joven muerto y otras 40 personas heridas.

Los manifestantes también incendiaron una sede regional de la Fiscalía y una instalación de medicina legal.

Las multitudinarias manifestaciones contra Duque, que comenzaron el pasado 28 de abril, se han cobrado la vida de 42 personas (41 civiles y un policía), en hechos marcados por la brutalidad policial y por el vandalismo.

MADRUGADA VIOLENTA EN EL SUROESTE

El ministro de Defensa, Diego Molano, dijo hoy que detrás de los ataques y la destrucción de las sedes de Fiscalía y de medicina legal en Popayán, están las disidencias de las FARC.

Molano, que encabezó un consejo de seguridad en esa ciudad, informó, además, de que fueron robadas de la sede de la Fiscalía local, 51 armas de fuego, entre ellas 15 fusiles que estaban en el armerillo.

Además, la Fiscalía señaló que en medio de los desmanes, fueron incendiados nueve vehículos, seis motocicletas y decenas de equipos de cómputo e impresoras.

Además hurtaron cocaína y marihuana que habían sido incautadas en operativos contra el tráfico de estupefacientes.

COLORIDO EN EL PAÍS

Miles de personas fueron registradas este sábado al participar en una nueva jornada de protestas, durante el día 18 del Paro Nacional contra el gobierno del presidente Iván Duque, en Bogotá (Colombia). EFE/Mauricio Dueñas Castañeda

Las protestas contra el Gobierno del presidente colombiano, Iván Duque, buscan cambios en la política social y económica, al igual que cese la brutalidad policial contra las marchas.

La mayor concentración se registró en Bogotá en donde cientos de personas, la mayoría jóvenes, llegaron desde diferentes puntos de la ciudad hasta Los Héroes, un monumento dedicado a la memoria de los soldados de los diferentes ejércitos que participaron en la independencia de los países bolivarianos.

“Vivir en la tierra más rica y ver el poder en los cerebros más pobres”, “no más represión a la protesta” y “queremos educación sin hipotecas”, se leía en pancartas que los manifestantes llevaban consigo.

Además, fueron frecuentes los actos circenses y las batucadas y otras demostraciones artísticas que adornaron los plantones en Cúcuta, Pasto y Bucaramanga. En esta última hubo una pequeña manifestación que rechazó el ataque a piedra contra un Comando de Atención Inmediata (CAI), de la Policía.

En Medellín primó el encuentro de jóvenes en parques y sus actividades se circunscribieron a actos culturales y musicales que no ocasionaron ningún contratiempo.

También hubo plantones en el viaducto que comunica a Pereira, capital del departamento de Risaralda, con la vecina Dosquebradas, en donde el pasado 5 de este mes el estudiante Lucas Villa recibió ocho disparos cuando participaba en una protesta pacífica.

En otras ciudades como Cali y Barranquilla la jornada transcurrió tranquila porque no hubo manifestaciones. Cali, capital del departamento del Valle del Cauca, ha sido la ciudad más afectada por las protestas.

EFE

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