Publicidad

Berlín, 10 may (EFE).- La situación contractual de Robert Lewandowski es conocida oficialmente por todos los interesados: tiene contrato con el Bayern Múnich hasta el 30 de junio de 2023 pero la posibilidad de salir anticipadamente se presenta bastante complicada.

Lo mismo ocurre con la posible renovación, que parece cada vez más improbable debido a que las posiciones entre el jugador y el club parecen distantes tanto en lo relativo a la remuneración como a la duración del contrato.

Oficialmente, a día de hoy, no hay ninguna información pero sí ha habido rumores y filtraciones, probablemente de parte interesada.

Una versión apunta a que el deseo del jugador es dejar el club al terminar esta temporada, probablemente para recalar en el Barcelona.

La postura del Bayern ha sido hasta ahora rechazar de plano esa posibilidad pese al riesgo de que Lewandowski se marche gratis al terminar su contrato.

Lewandowski tiene 33 años, cumplirá 34 en agosto, con lo que, según la política habitual del Bayern, una renovación no sería por más de un año, probablemente con una opción para un año más. El jugador quiere un contrato más largo.

Por otro lado, también hay diferencias en cuanto a la remuneración que actualmente se estima, entre salario fijo y variables, entre 15 y 25 millones de euros al año. El Bayern solo está dispuesto a un ligero aumento mientras que el jugador quiere una mejora clara.

La posición del club es que, aunque el objetivo es renovar, hay limites económicos que no deben rebasarse.

“Tenemos límites”, ha dicho varias veces el director deportivo del Bayern, Hasan Salihamidzic.

La posibilidad de que el Bayern, ante la imposibilidad de renovar, deje marchar a Lewandowski depende de dos variantes principales. La primera es el monto que esté dispuesto a pagar el club que quiera hacerse con los servicios del polaco.

La segunda es la posibilidad de conseguir un sustituto de garantías en el mercado. Las dos variantes están relacionadas en tanto que lo que se reciba por Lewandowski podría cubrir al menos parte del desembolso que sería necesario.

Según cifras que se han publicado en España y que han tenido eco en Alemania, el Barcelona estaría dispuesto a pagar hasta 40 millones. Uno de los nombres que se barajan como posible sustituto es el de Darwin Núñez, uruguayo del Benfica, que costaría en torno a 80 millones de euros.

Otro nombre es el del checo Patrick Schick, que tiene contrato con el Bayer Leverkusen hasta 2025. El club de las aspirinas no parece dispuesto a dejarlo marchar a menos que se presentara una oferta estratosférica.

Dejar que Lewandowski termine su contrato daría tiempo para la búsqueda del sucesor, aunque implique renunciar a los ingresos que se derivarían de su venta.

En todo caso, a medio plazo, al margen de una eventual renovación y por cuestiones de edad, el Bayern tendrá que empezar a ocuparse de la búsqueda de un delantero centro.

Habría una solución de la casa, que implicaría demasiado riesgo, que es la Jonhatan Zirkzee, actualmente cedido en el Anderlecht. Zirkzee, cuando pudo jugar en el Bayern, obtuvo unos números extraordinarios aunque muchos temen que el reto de ser titular sea para él todavía demasiado grande.

Publicidad