Publicidad

Bogotá, 25 may (EFE).- Cada candidato a la Presidencia de Colombia ha confiado a su segundo, al aspirante a la Vicepresidencia, un rol fundamental, ya sea atraer a las mujeres y “los nadies”, como en el caso de Francia Márquez para Gustavo Petro, o ganar ciertas regiones o el centro, como Rodrigo Lara con Federico Gutiérrez.

Fotografía de archivo fechada el 23 de marzo de 2022 que muestra a Luis Gilberto Murillo (c), fórmula vicepresidencial del candidato Sergio Fajardo (d). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

“Los vicepresidentes generalmente son la primera decisión que tiene que tomar una persona que quiere llegar a ser presidente y eso marca mucho la agenda de qué es lo que quiere, qué es lo que antepone”, explicó a Efe profesor de la Universidad del Rosario Danny Ramírez.

Fotografía de archivo fechada el 26 de marzo de 2022 que muestra al candidato presidencial por la coalición Equipo por Colombia, Federico "Fico" Gutiérrez (c), mientras se toma una fotografía junto a su fórmula vicepresidencial, Rodrigo Lara Sánchez (d). EFE/ Luis Eduardo Noriega

Márquez, una reconocida activista y abogada afrocolombiana de una de las regiones más golpeadas por el conflicto y fórmula del favorito en las encuestas, Petro, es la figura estrella de esta terna a la vicepresidencia y llena plazas públicas de jóvenes y mujeres, de toda raza, con embelesadores discursos sobre “los nadies”, sobre el origen de la violencia y las desigualdades en el país o devolver la dignidad al pueblo.

El resto de candidatos, por su parte, han optado por segundos más desconocidos pero con una clara intención para recoger la representación de la población negra del país o de las mujeres, excepto en el caso del candidato de derechas “Fico” Gutiérrez, que escogió a un hombre blanco, el exalcalde de Neiva (sur) Rodrigo Lara, para atraer a votantes del centro.

FRANCIA MÁRQUEZ, UNA FICHA CLAVE DE LA CAMPAÑA

Si Petro gana, como muestran las encuestas que le dan una victoria en segunda vuelta, Márquez será la primera vicepresidenta negra y procedente de una zona como el Cauca (suroeste), una de las zonas más golpeadas por el conflicto colombiano. Además, lo conseguirá viniendo de la lucha social, lo que no suele ser habitual en la política colombiana.

Márquez consiguió 785.215 votos en la consultas interpartidistas el pasado 13 de marzo, más votos incluso que Sergio Fajardo, candidato de la Coalición Centro Esperanza, lo que impulsó su figura a nivel nacional y le dio mucho más reconocimiento entre los colombianos, una razón de mucho peso para que fuera elegida como compañera de fórmula de Petro.

Fue “un hecho de praxis política”, explicó Ramírez, quien la considera un “fenómeno político”, pero a pesar de que no era la opción que Petro más quería y sus diferencias han sido claras en alguna ocasión lo ha ayudado a “crecer en el sector con las mujeres”.

“Según las encuestas es la (compañera de fórmula) que más le ha sumado” a su candidato presidencial, consideró el profesor universitario.

Márquez, quien ganó en 2018 el Premio Goldman (el Nobel de Medioambiente), consigue encandilar. En el cierre de campaña del pasado domingo en Bogotá, sacó lágrimas a los asistentes, hablando del “vivir sabroso”, su reivindicación del vivir en paz y dignidad, y repitiendo su ya característica frase: “Vamos de la resistencia al poder hasta que la dignidad se haga costumbre”.

Un día antes, en otro mitin en Bogotá, tuvo que ser sacada del escenario por dos agentes de seguridad después de que un láser le apuntara a la cabeza. Márquez fue amenazada y desplazada de su comunidad por su activismo, como tantas miles de personas en Colombia, y ahora en campaña es también un blanco de amenazas.

FORTALECER LA CAMPAÑA EN LAS REGIONES

Por su parte, Gutiérrez sorprendió con la elección de Rodrigo Lara Sánchez, hijo del exministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, asesinado por narcotraficantes.

Lara llegó a la campaña de Gutiérrez tras ser entre 2016 y 2019 alcalde de Neiva, capital del sureño departamento del Huila, y haber estado vinculado al partido de centro Alianza Verde y con el resurgir del Nuevo Liberalismo, es decir, al centro.

Su nombramiento se vio como un guiño al centro y también para fortalecer la campaña en los departamentos de Tolima y Huila, donde viven casi 3 millones de personas, pero sin embargo su presencia en la campaña ha pasado muy desapercibida.

“Es una persona que para la mayoría de los colombianos es desconocida, pero que le fue muy bien como alcalde”, consideró el académico, aunque su impacto no se puede comparar con el de Márquez porque “hay un desconocimiento” sobre su figura y porque “le falta esa narrativa” que tiene la candidata del Pacto Histórico.

“Fico” se juega el paso a segunda vuelta electoral con Hernández, un ingeniero y empresario millonario con un discurso populista y sin pelos en la lengua que optó, en un primer momento por la periodista Paola Ochoa como compañera, una mujer con un talante parecido al suyo y que ha estado en el centro de muchas polémicas por algunas de sus opiniones.

Sin embargo, después de que Ochoa se arrepintiera y diera un paso atrás, apostó por la académica Marelen Castillo, quien, en opinión del profesor Ramírez, no es “muy conocida, pero de pronto” puede tener impacto en los “sectores académicos y religiosos” en los que se desenvuelve.

Publicidad